lunes, 21 de octubre de 2024

Renovación con la BCCTT María Santísima de las Penas de Úbeda

La Hermandad de San Juan de la Cruz, excelso Patrón de La Carolina, ha renovado su vinculación con la Banda de Cornetas y Tambores María Santísima de las Penas, de la vecina localidad de Úbeda, debido a la alta satisfacción alcanzada en la pasada procesión de nuestro Patrón. Desde aquí sólo nos resta felicitar a la banda por el trabajo realizado y reiterar nuestro compromiso con la formación ubetense con el objetivo puesto siempre en solemnizar el día grande de las fiestas en honor de nuestro santo Patrón.








Presentación del cartel de las fiestas en honor de San Juan de la Cruz




jueves, 12 de octubre de 2023

Comunicado Oficial - Acompañamiento musical

La Hermandad de San Juan de la Cruz, excelso Patrón de La Carolina, se complace en anunciar el acuerdo alcanzado con la Banda de cornetas y tambores María Santísima de las Penas de la ciudad de Úbeda, para acompañar musicalmente el cortejo procesional de nuestro Santo Patrón en la tradicional procesión del 24 de noviembre.

La Hermandad desea asimismo agradecer la disposición de esta banda y el interés puesto en engrandecer la solemnidad de la procesión del patrón de los carolinenses.

¡¡¡VIVA SAN JUAN DE LA CRUZ!!!

La Hermandad






 

jueves, 27 de julio de 2023

ELECCIONES A HERMANO MAYOR

La Hermandad de San Juan de la Cruz, Patrón de La Carolina, recuerda a sus hermanos que el próximo viernes, día 28 de Julio, tendrán lugar las elecciones a Hermano Mayor. Los hermanos podrán ejercer su derecho a voto desde las 18:00 a 20:00 horas en la casa de Hermandad, situada en la calle Gracia Rodríguez Velasco, número 10.


miércoles, 28 de junio de 2023

450 Aniversario de la toma del hábito carmelita en el convento de Jesús María del Monte de La Peñuela

El día 29 de Junio, festividad de los apóstoles San Pedro y San Pablo, conmemoramos el 450 aniversario de la toma del hábito carmelita por los ermitaños de Jesús María del Monte de La Peñuela, comunidad fundada en 1565. Por ello, os ofrecemos unos breves apuntes para conocer mejor el origen de nuestro convento:

DON ALONSO SÁNCHEZ CHACÓN

Hasta 1565, La Peñuela era conformada por un territorio cultivado y escasamente poblado. Cercados, pequeñas alquerías (modestas casas de labor) cobijaban agricultores, ganaderos, y gente que vivía de los productos de la sierra (cazadores, colmeneros, etc). En ese año, un hecho será el desencadenante de que, en definitiva, estemos nosotros hoy aquí.

Y es que fallecía en Baeza Doña María de Carvajal y Osorio, Hija de Diego de Carvajal. Su esposo, Alonso Sánchez Chacón, hijo del comendador de Caravaca, resolvió abandonar su vida pública y retirarse a una propiedad que tenía en La Peñuela, para hacer vida penitente, en compañía de su criado, aunque con el tiempo algunos amigos acudirán a seguirle en su propósito: […]Se apartó a una posesión que entre otras tenia inhabitada y puesta en olvido que hoy día se llama La Peñuela alta a diferencia de otra que está allí cerca que se dice la baja […]

Lo que Sánchez Chacón tenía en la Peñuela hasta ese momento era un cercado de una tapia de alto y cuatro o cinco fanegas de tierra parte de ella montuosa, y parte de ella desmontadas con una casa de dos tapias en alto y quince pies en largo cuyo sitio había comprado a Doña Estefanía de Luján en precio de treinta y tres ducados. También sabemos que en la propiedad de Don Alonso no había más edificado, ni plantado, y esto mal parado, porque era allí asiento de cabras…

Para entendernos, un terreno de unas tres hectáreas aproximadamente, en el que había una casita de labor, de 1,66 m de alto y 4,17 m de largo. Del uso de este terreno podemos leer:

[…] En esta exposición de lugar y sitio hizo un aposentillo casi como sepulcro, de dos tapias en alto y lo dividió en dos partes: una para su recogimiento y otra donde un su criado le guisara de comer y dormía allí y allí se estuvo muchos días en hábito de clérigo repasando la gramática que se le había olvidado, y comenzando una casa en forma de convento […]

A poco de iniciado este retiro, murió en Baeza, Don Luis Sánchez Chacón de Carvajal, un hijo mayorazgo que había dejado, en plena juventud. Don Alonso había establecido que su mayorazgo revertiría al convento en caso de que faltasen sucesores a sus hijos. Así que, muerto el heredero, nada le distraería. Pero una de sus hijas le dio un heredero. Los amigos y parientes, temiendo pleitos y rencillas, le rogaron que se casase para evitarlas. Por razón de su linaje, Don Alonso tiene que ceder, y antes de tener que dejar el mayorazgo a un nieto, a falta de mejor heredero, vuelve a casarse.

Don Alonso se afana en que no se pierda la comunidad que había comenzado. Para ello, dona el heredamiento al Padre Álvaro Núñez Marcelo y hace venir, en 1567, a Alonso de Coca, discípulo de San Juan de Ávila. A su marcha, no se había construido aún la Iglesia del eremitorio, existiendo tan solo la referida casita. Será Alonso de Coca el que dispuso su construcción (1567-1569). Tal y como nos lo corrobora su hijo, fray Juan de San Alberto: La cual heredad ha nombre La Peñuela. La cual tenía él dedicada para que en ella se sirviese a Dios con alguna quietud en soledad y vida honesta. Y para este fin hizo una iglesia u oratorio, donde todos los días pudiésemos oír misa […]

EL PRIMER CONVENTO

Junto a la primitiva casita de Sánchez Chacón, se ha adosado el pequeño oratorio. A todas luces, forman un total de edificio insuficiente, por más que se le van agregando diversas dependencias (las hemos ido describiendo en anteriores escritos). A pesar de la insuficiencia del heredamiento para sustentar una comunidad, la ciudad de Baeza, interesada en que aquí se levante iglesia y monasterio, dona una buena cantidad de fanegas de tierra, para ayudar al establecimiento de los ermitaños. Tal y como el Concejo de Baeza explica:

La dicha ciudad dio las tierras para que gozasen de aquel bien muchos ganaderos, colmeneros, cazadores, y otras personas que en el dicho sitio, y tierra, y en contorno de él residían, y pasajeros que por el camino real que está allí junto que va a Castilla pasaban […]

La descripción conocida de este primer cenobio nos puede hacer idea de la vida de pobreza que llevaban los religiosos:

[...] El edificio que los ermitaños tenían, era un oratorio no muy grande, y pegados a él dos aposentos que servían, el uno de refectorio, y el otro de cocina. Encima de ellos una sala a teja vana, era dormitorio, donde se acomodaban los que cabían, divididos unos de otros con distancia de media vara. La cama ordinaria […] era unos manojos de romero atados a manera de zarzo, y por cabecera una piedra, o un pedazo de encina sin cepillar, y una manta de pelos de cabra. Los que aquí no cabían, tenían por el monte alrededor de esta casa, chozas de retama o jara, como los profetas hijos de Elíseo junto al Jordán: y tan estrechas, que en entrando un ermitaño no cabía otro. Una de otra estaba como un tiro de piedra, y la más retirada del convento no pasaba de uno de ballesta [...]

LA TOMA DEL HÁBITO CARMELITANO

A la vez que en la Peñuela se desarrollaba la vida de comunidad penitente, el Padre Gabriel de la Peñuela, natural de Úbeda, echaba en falta ver en Andalucía conventos de la reforma que se abría paso en la Orden del Carmen. Comunica sus deseos al Arzobispo de Granada Don Pedro Guerrero y a Don Pedro Daza. Ellos le aconsejan que se fuese a Madrid, y hablase con el Rey, para que le diese licencia para fundar Conventos de los Descalzos donde quiera que se ofreciese oportunidad.

Así, resuelto el Padre Gabriel, se descalza. Muda su apellido por el de la Concepción, por la gran devoción que le tenía a la Purísima y a primeros de Septiembre de 1572 parte a Madrid. En el camino, encontró al Obispo titular de Columbria, D. Fr. Diego de León. Cuando el Obispo le ve, se extraña del hábito. Fray Gabriel le explica sus planes y el Obispo [...] Dióle de camino, noticias de ciertos ermitaños, que había en la Peñuela, de Sierra Morena, gente bien disciplinada, y dispuesta para todo ejemplo de virtud, y deseosa de recibir algún hábito de Religión que conformar con los ejercicios, que habían elegido para servir a Dios, semejantes, mucho a Nuestra Regla Primitiva, y a lo que nuestros descalzos, practicaban en Pastrana, y Alcalá, donde el los había visto. Rogóle no dejase de verlos [...]

De vuelta desde Madrid a Granada, el Padre Fray Gabriel de la Concepción hizo camino por la Peñuela, donde fue muy bien recibido de aquellos santos ermitaños. El Padre Marcelo, y sus ermitaños, deseaban mucho ser religiosos, por ajustarse más al Concilio Tridentino. Habían oído, que en Pastrana había renacido el Carmelo, y deseaban buscar la manera de agregarse. Incluso habían enviado a dos de sus hermanos, para que por sus ojos viesen lo que allí pasaba. 

[...] se volvió el Padre Fray Gabriel de la Concepción, e hizo camino por la Peñuela, donde fue muy bien recibido de aquellos santos ermitaños [...] Acomodóle muy bien este Siervo de Dios, a la vida solitaria, y con los demás ermitaños que se aumentaron, hasta doce o catorce, y vivían en gran pobreza. No salían a los lugares a pedir limosna, sustentábanse del trabajo de sus manos, de las hortalizas, de las frutas, y otras hierbas silvestres del monte. Hacían rigurosa penitencia. Dábanse mucho a la oración vocal, y mental, según cada uno era guiado del Señor. Obedecían en todo al hermano Diego Hernández. [...] No satisfechos con esto, el Padre Marcelo, y sus ermitaños, deseaban mucho ser religiosos, por ajustarse más al Concilio Tridentino, que aprobaba poco el género de vida que guardaban. Pero querían una Religión reformada, que los conservase en la profesión de su amada soledad, y modo de vida pobre, sin rentas, sin ruidos, sin vagueaciones. Habían oído, que en Pastrana había renacido el Carmelo, con todas estas calidades, y deseaban afectuosamente, hallar modo para reunirse a el. Habían enviado a dos de sus hermanos, para que por sus ojos viesen lo que allí pasaba, y pudiesen según la relación, tomar la resolución. Vueltos los adalides, dieron muy exacta noticia de lo que vieron, conforme a lo que deseaban; con que llenaron de gozo, y consuelo a los hermanos. [...]

Al ver tal resolución, el Padre Gabriel se detiene con ellos unos días, y decide ir a hablar con el Obispo de Jaén para plantearle la necesidad de que estos ermitaños tomen el hábito del carmen. Pero el Obispo no concede permiso. El Padre Gabriel siente pena por volver con las manos vacías, y piensa que al menos, podrá lograr algún aumento. Considerando que el Sitio que los ermitaños tenían, pidió a la ciudad de Baeza, que le diese algún pedazo de tierra de su propiedad, para añadir al terreno ya donado. Los corregidores aceptan de buen grado y donan a los ermitaños cincuenta fanegas de tierra, pegadas al sitio antiguo. Así pues, tomó de ellas posesión el Padre Gabriel de la Concepción, y le puso por nombre a todo: Jesús María del Monte de la Peñuela.

Aunque aun faltaba la confirmación del Rey del donativo, hecho por la ciudad. Volvió a Madrid con su compañero, para alcanzar la confirmación del donativo de Baeza. Pero el Padre Fray Baltasar de Jesús le dice que pedir en aquella ocasión la confirmación, era irritar los ánimos de los frailes calzados. Que sería más sensato esperar. Mientras, se suceden las gestiones de nuevo con el Obispo de Jaén, que concede licencia una vez que ya se ha producido la fundación de Granada.

Por fin, el 29 de Junio de 1573, se dio gozosamente el hábito a los ermitaños, y se puso el Santísimo Sacramento. Nace así el Convento carmelita de Jesús María del Monte de La Peñuela, a los ocho años del comienzo de la vida eremítica en este lugar.

En tanto que el Padre Fray Baltasar de Jesús negociaba en Granada la fundación de aquel Convento, se hicieron algunas diligencias con el Obispo de Jaén para que diese licencia para la de la Peñuela. Los ermitaños daban prisa, porque les diesen el hábito, impacientes de su devoción. No se descuidaba el Padre Fray Gabriel, que en su compañía había quedado, en la instrucción monástica que debían guardar aquellos hermanos. Tenían, otro sí, hechos los hábitos, y prevenidas todas las cosas necesarias, aguardando que el Padre Fray Baltasar volviese a poner el Santísimo Sacramento. Abrevió la partida de Granada, por la prisa que los negocios de Castilla le daban. Llevó consigo al Padre Fray Pedro de los Ángeles, natural de Jaén, profeso de la Observancia, Novicio en la descalcez, brioso para todo lo encumbrado, y áspero de ella, y grandemente fervoroso en los ejercicios monásticos. Pasó por Jaén, pidió al Obispo la licencia que había ofrecido. La dio luego agradado del buen talento, y discreto proceder del Padre Fray Baltasar, y por saber que ya Granada había recibido la Religión, y ella en pago le daba edificación, y ejemplo.

Llegó a la Peñuela por los fines del mes de junio; y hallando prevenidas las cosas necesarias, dio el hábito a los ermitaños, y puso el Santísimo Sacramento día de S. Pedro Príncipe de la Iglesia, el mismo año de 1573, cuarenta y cuatro días después que en Granada. En virtud de las donaciones de los dueños de aquel sitio, tomaron en en nombre de la Religión posesión de él, dedicándole para convento. Trató luego el Padre Fray Baltasar de asentar la observancia espiritual: y advirtiendo que el Padre Fray Gabriel de la Concepción, era de flaca salud, como siempre lo fue, señaló por vicario al Padre Fray Pedro de los Ángeles;

Este primer monasterio, es utilizado hasta la llegada del Padre Gracián, padre visitador de la Orden. Al venir encuentra en La Peñuela a unos setenta religiosos, los más enfermos, viviendo en unas condiciones miserables (la mayoría duermen hacinados en el desván, y los que no caben, en chozas diseminadas por la huerta). Por ello ordena la marcha de la Comunidad, hecho que acontece en el año de 1576. A la vuelta de los frailes, en 1577, comienza la construcción del nuevo convento, inaugurado en 1578.

Para concluir, recogemos este testimonio, que a la vez nos brinda detalles de la estructura del antiguo convento. La declaración de un hecho milagroso acaecido en el verano de 1591, que tiene como protagonista a nuestro Santo Patrón San Juan de la Cruz. Nos lo cuenta el Padre Fray Francisco de San Hilarión:

[…]Siendo conventual de la Peñuela el santo Padre después que acabó de ser definidor, estando un día en el corredor de la casa vieja se levantó una tempestad de truenos y relámpagos con muy grande oscuridad de nubes. Estaban todos los religiosos con mucho cuidado porque estaban los panes en mies sin segar. El santo Padre cuando los vio de aquella manera sonriendo se salió en medio del claustro y se quitó la capilla y mirando al cielo, y levantando la mano hico una cruz hacia el oriente en el aire y otras tres una a poniente y dos a los lados que fueron por todos cuatro y visiblemente se deshizo la tempestad […]

¿Por qué no se ha conservado hasta nuestros días este primitivo convento?

Hasta ahora, no se conocía muy bien la respuesta. Se pensaba que, al mudarse los frailes al nuevo convento, caería la antigua casa en desuso, reaprovechando los materiales de construcción para la obra del nuevo convento.

Pero esto no fue así. Lo que realmente sucedió es que en 1604, el General de la Orden ordena el traslado de la Comunidad a otro lugar, debido a los rigores del verano que hacían enfermar a muchos religiosos, pasando la gestión del heredamiento al Colegio de San Basilio, que lo vende en 1608 a Miguel de Balcárcel por 600 ducados de censo. La ciudad de Baeza, que se siente con mejor derecho, se dispone a reclamar la propiedad (por orden del Concejo, ya había entrado a la posesión Juan García en 1604, cuando se marcharon los frailes). Diez años después, Fray José de Jesús, nuevo Padre General, se percata de la gran lesión que les ha provocado la venta, y conviene con la ciudad el traspaso de tierras y edificios por cantidad de mil ducados (130 de contado y 870 de censo).

Conviene aclarar que cuando se fueron los frailes, se llevaron cuanto pudieron. Puertas, ventanas, tejas… Salvo la Iglesia del nuevo convento, en la que dejaron imágenes y ornamentos, todo cuanto pudieron llevarse fue cargado en carros, unos con dirección a sus nuevos destinos y otros, camino de Vilches, donde los frailes vendieron gran cantidad de material de construcción.

La ciudad habilita la casa nueva (el convento inaugurado en 1578) para vivienda del Alcaide de Martín Malo y habitación de arrendadores del heredamiento en precio de 2000 ducados. Y en la casa vieja, antiguo convento, se construye en 1618 un molino de aceite. Tal y como podemos leer:

[…] lo tuvo en arrendamiento el Maestro Pobes, y su sobrino, en la casa baja, en un cuarto donde estaba la iglesia lo aderezó por cuenta de la ciudad, e hicieron en él un molino de aceite, con su viga, y piedra del alfarje, donde gastaron muchos ducados, porque se llevaron los materiales de cuatro leguas de allí […] En el viejo no se ha añadido más que una viga de molino hecha de un pino de la misma heredad, y acomodado el molino y trojas en la Iglesia vieja, y desmantelado y arruinado los otros tres cuartos que formaban el convento viejo […]

En ese estado permanecerá el oratorio hasta que, a partir del regreso de la Comunidad, en 1682, se desmonta el molino y la prensa, trasladándolo a una nueva ubicación en la casa nueva.

Aunque los frailes acometen la rehabilitación de este espacio de culto, lo cierto es que no se levantaron el resto de edificaciones que estaban unidas al mismo y conformaron el primitivo convento.

Por último, y como nota curiosa, señalar que a lo largo del pasado siglo XX, con motivo de diversas obras, bajo el altar y en la inmediación de la ermita, aparecieron varios sillares que el recordado Carlos Sánchez Batalla, recogió en sus publicaciones, aventurando que eran sillares de molino (la investigación histórica ha podido demostrar que estaba en lo cierto)

lunes, 12 de junio de 2023

Corpus Christi 2023

Como es costumbre, la Hermandad ha realizado un altar para la solemne procesión del Santísimo Sacramento por las calles de La Carolina. El altar en esta ocasión ha estado presidido por una reproducción del lienzo que representa a nuestro Santo Patrón y se venera en la ermita. 


jueves, 3 de noviembre de 2022

Pregón de San Juan de la Cruz

 El próximo día 5 de noviembre, a las 20:00 horas, en el centro cultural (Av. Juan Carlos I) tendrá lugar el pregón de las tradicionales fiestas en honor de San Juan de la Cruz, excelso Patrón de La Carolina. Será pronunciado por Doña María Águeda Castellano Huerta.



miércoles, 12 de octubre de 2022

La devoción a los Patronos de La Carolina en la época fundacional

La Inmaculada Concepción y San Juan de la Cruz:

La devoción a los Patronos de La Carolina en la época fundacional

Juan M. Patón Crespo

NOTA: Este artículo fue escrito para el programa de fiestas de la Hermandad de 2018

La Inmaculada Concepción.

La Virgen María en el misterio de su Purísima Concepción es oficialmente titular de nuestro templo desde el día 9 de Julio de 1769, fecha en que el Vicario francés Don Juan Lanes Duval bendice solemnemente nuestra parroquia, bajo el patronazgo y advocación de La Inmaculada Concepción y San Carlos. Tal y como señala Olavide1: [...] aquella Iglesia se bendijo por el Vicario, con la facultad del Obispo, y bajo la advocación de Virgen de la Concepción y San Carlos […]. Miguel de Ondeano explica que la Iglesia se bendice con el nombre de la Inmaculada Concepción […] por ser la Patrona de esta colonia y la tutelar de todas sus Iglesias […]. La advocación y patronazgo de San Carlos sobre el templo se debe únicamente, tal y como explica el Intendente, al nombre del monarca, fundador del templo parroquial: […] San Carlos, declarado Patrono de esta Iglesia, con respecto al augusto nombre del Rey su fundador [...]2

De esta manera, la Inmaculada se suma al patronazgo de La Peñuela, hoy La Carolina, que desde el siglo diecisiete y hasta nuestros días ostenta San Juan de la Cruz. El vicario se referirá así a la devoción que suscita el Patrón de los carolinenses: […] se profesa una singular devoción, por los continuos prodigios que a intercesión de aquel como Patrono de este territorio, obra la Divina clemencia a favor de estos Pueblos[...]

Para representar a la Patrona de La Carolina, la intendencia costea la hechura de una imagen de la Inmaculada Concepción. La escultura, realizada en Jaén, llega a La Carolina el 21 de julio de 1770. Su emplazamiento definitivo vendrá de la mano de la primera obra de ampliación de la parroquia. El vicario bendice la nueva capilla mayor el 14 de agosto de 1772, [...] habiendo colocado en su Camarín una peregrina Imagen de talla de la soberana emperatriz de Cielos y Tierra María Santísima en el misterio de su Concepción Inmaculada Patrona de esta Iglesia, como lo es de toda nuestra España […].

Las acusaciones que Fray Romualdo de Friburgo eleva al Santo Oficio contra Lanes Duval arrojan valiosos datos sobre el culto tributado a la Inmaculada en los primeros años de existencia de la colonia. Fray Romualdo culpa al vicario de intentar erradicar la devoción de los colonos a los santos Patronos de La Carolina3: […] el mismo ha ayudado a quitar la veneración debida a los Santos, quitando de la iglesia unas señales de gracias recibidas, y puestas a las imágenes de la Inmaculada Concepción, y de San Juan de la Cruz; como esto saben los sacristanes, y los curas […].

Juan Lanes Duval procura defenderse y en un extenso oficio dirigido al Santo Oficio4, con fecha 11 de Junio de 1776, explica que: […] en esta Iglesia una hermosa talla de la Concepción, en un Camarín elegante y de buen gusto, a la cual se da el mayor culto pues en todos los misterios y festividades de la Reina de los Cielos, aunque no sean fiesta de precepto, se canta una Misa Solemne, y muchas veces, se ha revestido en ellas, de diácono o subdiácono dicho Padre, recorra su memoria, no me hará mentir. […]. El vicario continua en su declaración explicando cómo se celebraban los cultos en su festividad: […] En los días Solemnes de [...] Concepción y Asunción de María Santísima, se cantan las primeras y segundas vísperas, y la hora de tercia antes de la Misa Mayor en que se manifiesta el Santísimo Sacramento […] En esta Iglesia se canta una misa mayor todos los días en la octava de la concepción en sus días conocidos por ser en este misterio su Patrona titular; lo que decía este año en que he publicado el Breve de Su Santidad expedido a instancia de la devoción del Rey nuestro Señor para que el Santo y Augusto Sacramento del Altar se pusiera en esta octava del corpus y se continuara en lo futuro. […]

Prosigue el Vicario explicando como se reza en nuestra parroquia la salve y el rosario: […] No será tampoco devoción, a María Santísima, para este dicho padre el que todos los sábados del año desde el de 1769, se cante solemnemente en esta y en todas las demás Iglesias de estas Poblaciones la Salve Regina con su oración, y con rito solemne, lo que no ha tenido variación alguna desde que pasé la correspondiente orden, el nueve de Julio de dicho año 69, a todos los capellanes renovándola el 3 de Julio de 1771, en que les participé y avisé publicasen haber concedido este Ilustrísimo Señor Obispo de Jaén 40 días de Indulgencia a los fieles, cada vez que asistan a dicha Salve que se canta después del toque de oraciones, al que ha asistido muchísimas veces el mismo Padre […] Del Rosario que dice no rezarse ni una vez en esta Iglesia no extrañaría sea tan poco instruido porque nunca lo he visto asistir a esta devoción que se entabló en esta Iglesia y feligresía merced de la orden que de ello pasé el 29 de Julio 1769 a los entonces capellanes de este sitio Don Teodoro de Araujo y Don Fernando de Aguilera, la que ha tenido algunas temporadas de interrupción cuando se estaba haciendo la Iglesia nueva, y las malas noches de invierno, pero que se ha repuesto y sigue generalmente y con exactitud en los demás templos […]

Este valioso documento desvela la existencia de dos ventanas en el camarín de la Purísima, hoy cegadas: […] ha visto muchas veces recibir y arder delante de la Imagen de María Santísima en días festivos, y aun de trabajo, velas ofrecidas por los fieles y que presenció y firmó un arreglo y expediente de ciertas ofertas y oblaciones pías, que acordamos convertir en dos cortinas de tafetán carmesí para el camarín, las que quedan puestas a sus dos ventanas en testimonio de la verdad.

En 1773 la Imagen de nuestra Patrona sale por vez primera a las calles de La Carolina en solemne procesión de rogativa para impetrar del Altísimo la lluvia tan necesaria para nuestros campos. El Vicario Lanes Duval, testigo de excepción, nos cuenta como se desarrolló la procesión5: […] con motivo de haberse en el año de setenta y tres por la calamidad de dicho año dispuesto el declarante se sacase Procesión de rogativa para implorar de la Divina Misericordia la lluvia de que había necesidad; la que tuvo efecto, y a ellas concurrió dicho Señor Don Pablo, y se verificó el efecto a la hora de haberse restituido la Imagen de la Purísima Concepción, a la Iglesia […].

Contamos con otro testimonio de esta primera procesión. Es la defensa que realizan los empleados de las nuevas poblaciones ante el Santo Oficio en favor de Olavide. En ella reseñan que el Superintendente:6 [...] acompañaba a las procesiones públicas con la mayor dignidad, y el día que se sacó por las calles a la Virgen de la Concepción, nuestra Patrona, para implorar por su auxilio el socorro del agua que necesitaban los trigos de estos campos, ahora tres años, estuvo tan fervoroso y calificó para todos los que le conocían de tal suerte su amor a la sólida virtud, que sus ojos parecieron dos torrentes de lágrimas durante la procesión.

Parece, no obstante, que a Olavide debió de durarle poco el “fervor” y el “amor a la sólida virtud”. El Vicario vuelve a organizar al año siguiente de 1774 una procesión de rogativa con la imagen de la Patrona, en súplica de lluvia. Olavide, ausente de La Carolina, se entera de a su regreso de la realización de esta rogativa y los “torrentes de lágrimas” que refieren sus empleados se trocan en un monumental enfado contra Ondeano, por no haber prohibido la procesión. Pero dejemos que nuestro Vicario, testigo de los hechos, lo explique de su puño y letra7: […] y a el año siguiente, que se experimentó igual necesidad formándose igual Procesión, estando ausente el referido Don Pablo, a su restitución a esta población manifestó displicencia a Don Miguel Ondeano su subdelegado, por que asintió a que se hiciese: diciéndole, que semejantes funciones alborotaban al Pueblo, y hacían subir los precios de los granos, mediante lo cual no se han hecho más procesiones de rogativas […].

En 1780 se adquiere para la Imagen de la Purísima, una corona de plata por un importe de 2816 reales y 7 maravedís, y en septiembre del mismo año se adquieren los materiales precisos para el policromado y estofado de la talla.

San Juan de la Cruz

Hemos visto hasta aquí como se desarrolló el culto a la Inmaculada Concepción, sostenido principalmente por las autoridades y el Vicario. Si bien es cierto que la Patrona gozó de cierta devoción durante los primeros años, a medida que pasaba el tiempo la importancia de la misma fue disminuyendo y una vez que cesa el fuero decae súbitamente, quedando relegada prácticamente al olvido, salvo por la función que anualmente costea el Ayuntamiento durante el siglo XIX (por ser Patrona de La Carolina y de España) y alguna procesión de rogativa, en unión de nuestro Patrón.

Esto ocurrió porque desde el mismo instante de la fundación de La Carolina, la verdadera devoción popular recaía en nuestro Santo Patrón San Juan de la Cruz. El santo carmelita fue objeto de especial veneración ya en La Peñuela, de la que era santo Patrón, y ese acendrado culto se mantuvo en la recién creada población, a pesar de los inconvenientes que Olavide puso para su libre ejercicio. Para conocer más detalles de la devoción sanjuanista en la época fundacional, acudamos de nuevo a la voz de los testigos presenciales, que nos darán cumplida cuenta del mantenimiento de la antigua devoción a San Juan de la Cruz en los primeros años de vida de nuestra ciudad, centrada en nuestra ermita, ante el lienzo del Patrón (hasta 1784 no se contaría con imagen en escultura del Santo).

La llegada a La Carolina de Fray Romualdo Bauman, el 5 de mayo de 1770, supondrá un revulsivo para la devoción sanjuanista, empresa en la que el fraile capuchino se emplea con ahínco. Fray Romualdo conforma la Cofradía de San Juan de la Cruz, en torno a 1773, que Olavide no autoriza y suprime. Olavide trata de justificar su negativa, de forma muy comedida, ante el Inquisidor General8: ¿Y por qué dirá en particular de mí que soy su enemigo? No puede tener otro pretexto que ciertas conversaciones de mesa cuando quería establecer su Cofradía de San Juan de la Cruz. Pero no le dije nada que no fuese conforme a nuestra Santa Creencia, y para rectificar sus ideas falsas.

Sin embargo, temeroso de que este asunto pudiera llegar a oídos del Santo Oficio, Olavide escribe a Lanes Duval y señala lo que debe declarar en el caso de ser interrogado. Resulta cuanto menos curioso considerar los argumentos por los cuales se niega al establecimiento de la Hermandad de San Juan de la Cruz, recordando las peregrinas razones por las que no autorizó más procesiones de la Purísima por aquellos mismos años.

Quería Fray Romualdo establecer Cofradías. Ya tenía fraguada una con nombre de San Juan de la Cruz […] No estaba en mi mano erigir cofradías y menos en las de Fray Romualdo, era necesario licencia del Rey, la aprobación del señor Obispo de Jaén, y que hubiese necesidad de semejante establecimiento, que en el estado actual podría ser muy nocivo, inductivo de bandos y facciones en unos pobladores extranjeros de distintos idiomas costumbres y usanzas que los coligase entre sí, los apartase de nuestra lengua, conservasen aversión a las costumbres españolas y se llevasen mal con los colonos de nuestra nación.

Una vez producida esta negativa, comienza entre ambos personajes una mal disimulada enemistad, ya que el capuchino alemán encuentra en este asunto un eficaz medio para socavar la figura del Superintendente.

Las primeras acusaciones de Fray Romualdo hacia el Superintendente exponen el fundado temor de que éste haga demoler la Ermita de San Juan de la Cruz:[...] la única Capilla que desde antiguo ha habido en La Carolina, y ha sido venerada con culto público, ya la hubiera arruinado sino lo hubiese retraído el intento que muchas veces ha manifestado, el temor del Santo Oficio de la Inquisición con que indirectamente ha sido conminado por el Prefecto de las Misiones[...]9 En iguales términos se expresa dos meses después [...]a mi ha amenazado destruir la Capilla, que todavía existe dedicada a San Juan de la Cruz, para impedir, y acabar con la devoción, que yo procuro conservar a aquel único santuario entre mis feligreses[...]10

Fray Romualdo carga contra el Vicario, a quien considera un eficaz colaborador de Olavide, carente de voluntad, supeditado a los deseos del Superintendente: […] el mismo ha ayudado a quitar la veneración debida a los Santos, quitando de la iglesia unas señales de gracias recibidas, y puestas a las imágenes de la Inmaculada Concepción, y de San Juan de la Cruz […] El mismo tiene en su casa y a su uso una ventana de vidrios, cual ha quitado de la Capilla pública de San Juan de la Cruz, como si fuera el más digno de ella, y deja la dicha Capilla descubierta y expuesta a la ruina, como ya por aquella falta padece daño, y escandaliza a la gente[...]11

Lanes Duval se defiende de las graves acusaciones de Fray Romualdo, y escribe al Santo Oficio pretextando lo siguiente12:

[…] En días de fiesta de diferentes Santos y Santas se han puesto y se ponen al Altar las estampas del Santo del día; muchas Misas ha celebrado el Padre teniendo delante de él y las que enviaba Doña Francisca Lanzi mujer de Don Miguel Ondeano, de las cuales Misas algunas se han cantado solemnemente sin ser día de precepto, tengo bien presente las de Santa Teresa, de San Juan de la Cruz, de San Francisco, de Santa Cecilia, algunas de las cuales ha cantado el mismo Padre […] Hay en esta Población inmediato al Pueblo un Oratorio muy decente dedicado a San Juan de la Cruz, en cuyo altar está una hermosa pintura del Santo […] A todas las dichas santas Imágenes se tributa el debido culto, a pesar de cuanto ha escrito y dice el Padre Romualdo, que especialmente se había dedicado en decir en este oratorio de San Juan de la Cruz, Misa todos los Viernes del Año, sin que nadie ciertamente se lo estorbase y sólo me acuerdo haberle dicho un día que faltaba a los ritos sagrados en hacer esconder diez o doce velas, a cada una de sus misas rezadas en dicho oratorio, las que sacaba de los colonos, en un tiempo que de la Iglesia Parroquial se le ponían las dos necesarias, y quizá sentido de esta reconvención justa, escribiría que había aquí oposición a que se diesen oblaciones en honor de Dios y de los Santos[...]

Conviene aclarar que no es sólo Fray Romualdo quien refiere estos hechos. Serán muchos los que declararán el particular empeño que puso Olavide en suprimir el culto a San Juan de la Cruz. Veamos algunos ejemplos:

Don Antonio Henseler, presbítero capellán del regimiento suizo de Dunan, declara que Olavide […] Puso particular cuidado en reprobar, y suprimir el culto inveterado, y frecuente, que había en uno de dichos pueblos a San Juan de la Cruz.13

Antonio Capmani, oficial de la contaduría general de correos, empleado en La Carolina, explica […] Que le consta por haberlo visto que puso gran cuidado dicho Olavide en reprobar y suprimir el culto que había en La Carolina (antes La Peñuela) a San Juan de la Cruz, y aun hizo cortar dos grandes pinos del tiempo de su fundación14 […].

El testimonio de Jerónimo de Guillenea, tesorero de las Nuevas Poblaciones, es de gran valor, pues da noticia del culto practicado en la ermita desde 1767 hasta 1777: [...] sabe asimismo de público y notorio, que el culto inveterado, a San Juan de la Cruz, que había en esta Población, antes La Peñuela, lo suspendió poniendo por algún tiempo en la Ermita de dicho Santo, que está extramuros de esta Población, un sacerdote alemán, y habiendo éste muerto en dicha ermita, no se ha vuelto a usar de ella, y sirve el territorio a ella contiguo de camposanto para enterrar los difuntos, y solamente en varias ocasiones durante su residencia en esta Población del dicho Padre Fray Romualdo, éste regularmente los Viernes del año, celebraba Misa en dicha ermita, haciendo le llevasen ornamentos de la Iglesia Parroquial; para la que solía citar, algunas devotas alemanas y españolas, o ellas mismas lo solían pedir, y después de retirado el referido Padre, alguna otra vez ha oído decir el que declara, ha ido a decir Misa en dicha ermita, el Vicario de esta Población, y que desde que han venido a ellas los dos curas Don Pedro Carrión y Don Francisco Merino, que hará tiempo de un año el uno, y cinco, o séis meses el otro, ha oído alguna que otra misa, que han celebrado en dicha ermita.15

Don Francisco Coba, presbítero y sacerdote en La Carolina apunta que [...] por lo que respecta a el culto que se le da a San Juan de la Cruz subsiste en el día por tener una capilla, o ermita separada del sitio donde se celebran algunas misas, y muchas han sido por el que declara […]16.

Vicente Portichuelo, fabricante de sedas en La Carolina nos dice que […]le consta por todo el tiempo que ha estado en dicha Carolina que la devoción a San Juan de la Cruz sigue sin decaecimiento, y que muchos de los vecinos van con frecuencia, especialmente los viernes a la ermita del Santo que dista de la Población menos de medio cuarto de legua y mandan decir misas las que así el dicho Padre Fray Romualdo, como otros eclesiásticos las dicen y la llave de dicha ermita se franquea a cualquiera siempre que quiere mandar decir misa sin distinción de días, y la puerta de la ermita tiene dos ventanitas abiertas para que por ellas puedan rezarle al Santo sus devotos aunque esté cerrada la puerta, a lo que también ha concurrido varias veces el declarante pues se tiene por tradición que en el sitio donde está la ermita vivió algún tiempo el Santo retirado.17

La esposa de Vicente Portichuelo, Doña Francisca de Hurtado declara en similares términos a su marido, y añade que el culto y devoción a San Juan de la Cruz no tiene decaecimiento alguno en La Carolina, y que se frecuenta por los fieles su Capilla, especialmente los viernes y que la declarante fue a visitarla muchas veces con sus hijas y oyó misa en ella.18

Finalmente Olavide pasa desde La Carolina a la corte, siendo detenido por la Inquisición, celebrándose el famoso autillo el 24 de noviembre de 1778 (festividad de San Juan de la Cruz). Será tras la marcha del superintendente cuando la devoción de La Carolina hacia el Padre del Carmelo se desarrolle con mayor libertad, y el empuje de los devotos consiga la realización de dos grandes hitos, signo inequívoco del fervor que siempre sintió nuestro pueblo por su Patrón (la ampliación de la ermita y la nueva imagen).

Lanes Duval escribe que en la ermita [...] se venera una imagen pintura del Santo, al que se profesa una singular devoción, por los continuos prodigios que a intercesión de aquel como Patrono de este territorio, obra la Divina clemencia a favor de estos Pueblos […]. Pondera la importancia de la devoción sanjuanista, no sólo en La Peñuela, sino en nuestra comarca: La advocación de San Juan de la Cruz que se dio a la referida ermita, tuvo su motivo, a más de la singular devoción que al Santo profesaban los Padres y los moradores de los antiguos pueblos de la comarca, en la residencia y conventualidad que en aquel primitivo monasterio había tenido el Santo Patriarca.

La poca capacidad de la ermita ante una devoción que la desborda continuamente hace que en 1781 se piense en ampliarla. Para costear las obras el vicario recoge limosnas que llegarán de los colonos y de personajes ilustres: […] a impulsos de la general devoción de estos fieles, y ofertas voluntarias de sus limosnas, a que todos contribuimos con sumo gusto, y a que, por mi solicitud concurrieron con el nuevo Intendente de estas Poblaciones Don Miguel Ondeano, en nombre del Rey, sus Altezas reales el Príncipe y princesa de Asturias señores nuestros, y la Serenísima Señora Doña María Josefa Infanta de Castilla. El propio Intendente Ondeano, al referirse a este hecho, explica a Don Miguel de Múzquiz que se venera a este santo en una antigua ermita que se extiende a expensas de la devoción de los colonos.

Mientras la ermita se amplía, la parroquia es objeto de una obra de ampliación. El Obispo de Jaén, Don Agustín Rubín de Ceballos, repara en la falta de imágenes (el vicario guardaba, retiradas del culto, las antiguas imágenes del convento de La Peñuela). Para acompañar a la Purísima, Patrona de la ciudad y titular de su Parroquia, ordena que se realice una imagen de San Carlos, Patrón del Templo Parroquial, en atención de haberse bendecido la Parroquia bajo su advocación y no haber en ella imagen alguna del santo y que esta imagen sea acompañada de otra de San Juan de la Cruz, Patrón de La Carolina junto con la Inmaculada, con la idea de dejar el Altar Mayor convenientemente adornado en la forma debida. Las imágenes, ejecutadas por D. Manuel Adeba Pacheco, llegan en julio de 1784, contando desde esa fecha nuestra parroquia con la imagen procesional del Patrón de La Carolina, sin olvidar por ello el antiguo y singular culto efectuado en la ermita al primitivo lienzo.

La devoción a San Juan de la Cruz se irá fortaleciendo durante la vigencia del fuero, a pesar de la promoción que hacen las autoridades del patronazgo de la Inmaculada. En 1800 el Intendente Carvajal pondrá a La Carolina, ante la epidemia de fiebre amarilla, bajo la intercesión de sus santos Patronos […] librando ante todas cosas su principal confianza sobre esto en la protección de la Purísima Virgen María concebida en gracia celestial Patrona de estas Colonias, y en la intercesión del glorioso San Juan de la Cruz y de los santos Ángeles tutelares encomendados de su custodia y amparo [...]19

Nada más cesar el fuero en 1835 el primer Ayuntamiento, una vez suprimida la Intendencia, consigna entre sus gastos los 200 reales que a partir de entonces aportará el municipio para contribuir a la festividad de San Juan de la Cruz, pero este periodo lo dejaremos para un próximo artículo.

Sirva este exhaustivo repaso a través de nuestra historia para que valoremos el inmenso tesoro devocional que hemos recibido y seamos conscientes de su verdadera importancia y antigüedad, mayor a la de nuestro pueblo. La Carolina tiene en San Juan de la Cruz y en su Hermandad decana, un testigo fiel de lo que fuimos, un nexo vivo que nos une a nuestra historia. Construyamos pues las páginas que habrán de añadirse en el futuro a esta singular historia de amor de un pueblo a su patrono.

¡¡¡VIVA SAN JUAN DE LA CRUZ!!!

1Olavide al Ilmo. Sr. Obispo de Salamanca. Madrid, 19 de Marzo de 1776. AHN (INQUISICIÓN) Leg. 1866

2Miguel de Ondeando a Múzquiz. La Carolina 29 de Diciembre de 1782. AGS Sª y S de Hacienda. Leg 500

3 Fray Romualdo al Santo Oficio contra Lanes Duval. Recibida en 19 de Diciembre de 1775. AHN (INQUISICIÓN)

Leg. 1866.

4Cartas del Señor Superintendente y mis respuestas con papel comprensivo de lo que se practica en esta y demás iglesias en materia de pasto espiritual, culto Divino, santos sacramentos, veneración de los santos y demás materia. 11 Junio 1776. Remitido por Duval al Santo Oficio 21 de Junio de 1776. AHN (INQUISICIÓN) Leg. 1866.

5Declaración de Juan Lanes Duval al Santo Oficio de la Inquisición. La Carolina, 2-4-1777. AHN (INQUISICIÓN) Leg. 1866.

6Defensa de los empleados de las nuevas poblaciones. AHN (INQUISICIÓN) Leg. 1866.

7Declaración de Juan Lanes Duval al Santo Oficio de la Inquisición. La Carolina, 2-4-1777. AHN (INQUISICIÓN) Leg. 1866.

8Olavide al Ilmo Sr. Obispo de Salamanca. Madrid 19 de marzo de 1776. AHN (INQUISICIÓN) Leg. 3609

9Fray Romualdo al Santo Oficio. 17-7-1775. AHN (INQUISICIÓN). Leg. 1866.

10Fray Romualdo al Santo Oficio. Recibida el 29 de noviembre de 1775. AHN (INQUISICIÓN) Leg. 1866.

11Fray Romualdo al Santo Oficio contra Lanes Duval. Recibida el 19 de diciembre de 1775. AHN (INQUISICIÓN) Leg. 1866.

12 Cartas del Señor Superintendente y mis respuestas con papel comprensivo de lo que se practica en esta y demás iglesias en materia de pasto espiritual, culto Divino, santos sacramentos, veneración de los santos y demás materia. 11 Junio 1776. Remitido por Duval al Santo Oficio 21 de Junio de 1776. AHN (INQUISICIÓN) Leg. 1866.

13AHN (INQUISICIÓN). Leg 1866.

14AHN (INQUISICIÓN). Leg 1866.

15AHN (INQUISICIÓN). Leg 1866.

16AHN (INQUISICIÓN). Leg 1866.

17AHN (INQUISICIÓN). Leg 1866.

18AHN (INQUISICIÓN). Leg 1866.

19A.H.M.L.C. Leg 207.

domingo, 2 de octubre de 2022

CONGRESO INTERNACIONAL SOBRE SAN JUAN DE LA CRUZ EN LA CAROLINA


Este mes de Octubre, constituye una ocasión histórica para nuestra ciudad. Los días 19 y 20 de Octubre, nuestro municipio será la sede del Congreso Internacional de San Juan de la Cruz, señalando a La Carolina como centro mundial del conocimiento en torno a la figura del doctor de la Iglesia Universal y santo patrón de los carolinenses.

El congreso reúne a destacados estudiosos de la figura de Juan de Yepes, que desde diferentes universidades de otros países vendrán a La Carolina a presentar las novedades en sus investigaciones sobre el místico carmelita.

Todo el que quiera participar asistiendo a las reuniones puede inscribirse. Para ello, pueden pasar por el Museo de La Carolina, donde serán informados de cómo han de proceder.

Con todo el orgullo como carolinenses de ser por unos días el centro mundial del conocimiento relativo a la figura de nuestro patrón, valoremos la proyección internacional que su figura nos otorga, colocando a La Carolina en el mapa universal.

¡¡¡VIVA SAN JUAN DE LA CRUZ!!!



jueves, 2 de diciembre de 2021

NOVENA A SAN JUAN DE LA CRUZ. NOVENO DÍA


1. ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS

Clementísimo Dios y Señor nuestro infinito, que por vuestra inmensa piedad quisisteis que San Juan de la Cruz fuese desde niño inclinado a todo género de virtudes, y por su ejercicio alcanzase ser muy amado de Vos y de vuestra Santísima Madre, comunicándole muchas gracias y favores: Os suplicamos humildemente que por su intercesión y merecimientos nos concedáis pureza de alma y cuerpo, con las demás virtudes teologales y cardinales que este Santo glorioso practicó toda su vida, para que, imitándole en este ejercicio e inocencia de costumbres, merezcamos como Él ser amparados de Vos y de vuestra Madre Santísima en esta vida por gracia, y después gozaros para siempre en su compañía en la gloria. Amén.


2. ORACIÓN PARA EL NOVENO DÍA

Amable y excelso Padre mío San Juan de la Cruz, que por emular a nuestro dulce Redentor renunciaste hasta morir los alivios y consuelos aún celestiales, y te abrazaste con gusto con los trabajos y desprecios mayores, como se vio cuando el Señor te dijo: “Juan, ¿qué premios quieres por tus trabajos?”, que vos con generoso y soberano aliento le respondisteis: “Señor, padecer y ser menospreciado por ti”; cuyo deseo le fue tan agradable a su Majestad, que te concedió morir despreciado de las criaturas, y penando en la Cruz de cinco llagas, pero honrado con la presencia del mismo Criador; te suplicamos, Padre amantísimo, nos alcances del mismo Señor, que imitándote en la vida y en la muerte, nos aprovechen los méritos de su sagrada Pasión, por la cual nos perdone todos nuestros pecados y nos conceda perseverancia final en su gracia, mediante la cual pasemos a gozarle en vuestra compañía por eternidades en la Gloria, y también el favor que le suplicamos, si nos conviene, en esta Novena. Amén.


3. TRES PADRENUESTRO, AVE MARÍA Y GLORIA 
(Aquellos que lo prefieran pueden rezar el Santo Rosario)


4. PETICIÓN DE LA GRACIA

A lo largo de los siglos los carolinenses siempre hemos vuelto nuestros ojos en caso de verdadera necesidad ante la venerada imagen de nuestro Santo Patrón. A Él hemos acudido implorando protección en las grandes calamidades y pandemias que a lo largo de su historia ha vivido nuestro pueblo con la confianza puesta en su eficaz intercesión como Sagrado Protector de La Carolina.

Por todo ello, cobijados en el amparo que nuestro Patrón San Juan de la Cruz nos dispensa, pidámosle la gracia que deseemos alcanzar de Dios nuestro Señor en esta Novena.


5. GOZOS A SAN JUAN DE LA CRUZ

Pues sois Padre generoso
Del reformado Carmelo,
dadnos favor y consuelo,
San Juan de la Cruz glorioso.

Apenas naciste, Juan,
cuando Jesús y María
te dan la mano a porfía
para ser su Capellán;
los dos de tu parte están
para hacerte venturoso.
Dadnos favor y consuelo,
San Juan de la Cruz glorioso.

De inocencia revestido
en el primer Sacrificio,
de Capellán el oficio
hiciste bien, y cumplido;
por ser más agradecido
buscas siempre lo penoso.
Dadnos favor y consuelo,
San Juan de la Cruz glorioso.

La cruz tomas por empresa
del reformado Carmelo,
y por subir más de vuelo
te descalzas con Teresa;
si esto a todos embelesa
a tí te hizo más dichoso.
Dadnos favor y consuelo,
San Juan de la Cruz glorioso.

De la cumbre del Carmelo
compasivo al valle vas,
y a todo pobre le das
por sustento el pan del Cielo;
todos quedan con consuelo
de verte tan dadivoso.
Dadnos favor y consuelo,
San Juan de la Cruz glorioso.

Los cojos y los quebrados,
los mancos y los tullidos,
los tristes más afligidos
quedan por ti consolados;
en partos muy revesados
socorres más generoso.
Dadnos favor y consuelo,
San Juan de la Cruz glorioso.

Son de toda enfermedad
tus Reliquias medicina,
y universal oficina
de perenne sanidad;
a todos con brevedad
sanas siempre prodigioso.
Dadnos favor y consuelo,
San Juan de la Cruz glorioso.

Trabajos y oposición
en reformar padecéis,
pero todo lo vencéis
con paciencia y oración;
la mayor contradicción
sufrís blando y cariñoso.
Dadnos favor y consuelo,
San Juan de la Cruz glorioso.

En las alas del amor
y espinas de penitencia
subís, Juan, a la eminencia
de insigne reformador;
en este divino ardor
seguiste a Elías celoso.
Dadnos favor y consuelo,
San Juan de la Cruz glorioso.

De Jesús en el costado
tuviste, Juan, la morada,
no buscando gusto en nada
fuera de Jesús amado;
¡oh Querubín abrasado
De todos modos dichoso!
Dadnos favor y consuelo,
San Juan de la Cruz glorioso.

A Jesucristo imitaste
negándote a ti mismo,
queriendo ser uno mismo
en la Cruz, que tanto amaste;
en ella pues te quedaste
de más penas siempre ansioso.
Dadnos favor y consuelo,
San Juan de la Cruz glorioso.

Por tan crecidos favores
os llegó Cristo a ofrecer
Coronas al escoger;
mas tú eliges los mayores
desprecios y confusiones
por Jesucristo amoroso.
Dadnos favor y consuelo,
San Juan de la Cruz glorioso.

Siguiendo Juan este plan
en Cristo Juan se ha trocado,
y Cristo crucificado
vive transformado en Juan;
esta gracia, fue el imán,
que os hizo, Juan, portentoso.
Dadnos favor y consuelo,
San Juan de la Cruz glorioso.

Mil veces afortunados
dicen, Juan, ser tus devotos,
pues logran por ti sus votos
en favores duplicados;
por eso experimentados
te aclaman el poderoso.
Dadnos favor y consuelo,
San Juan de la Cruz glorioso.


6. ORACIÓN FINAL

Omnipotente Dios y Señor, que al bendito San Juan de la Cruz le concediste ser amante fervoroso de los trabajos, desprecios y cruz de vuestro Santísimo Hijo, y una abnegación perfecta de sus pasiones y apetitos: Concédenos Señor, por sus méritos y ruegos, que imitando aquí sus virtudes merezcamos en el Cielo ser compañeros de su Gloria por los siglos de los siglos. Amén.

San Juan de la Cruz ¡Ruega por nosotros!

Hoy concluimos el rezo de la tradicional novena que ha sido, desde la fundación de nuestra ciudad, el acto de culto más genuino en honor de nuestro Santo Patrón San Juan de la Cruz. 

Por segundo año consecutivo, hemos realizado la novena en la intimidad de nuestros hogares y no en la ermita. Pero no es así. Nuestra Hermandad, varias veces centenaria, se ha enfrentado en varias ocasiones a situaciones convulsas como guerras y epidemias, que han impedido que la Novena se pudiera realizar de forma colectiva. Incluso en los días más aciagos de nuestra historia, La Carolina, de forma callada, seguía honrando a su santo Patrón en la intimidad de sus hogares.

Y es que San Juan de la Cruz es el sagrado protector de La Carolina. Es nuestro santo patrón desde mucho antes de que se fundara nuestro pueblo. Incluso antes de que fuera canonizado por la Iglesia. A partir de 1657, una vez beatificado, los frailes de la Peñuela cambian el nombre del convento, dejando de llamarse Jesús María del Monte para titularse convento de San Juan de la Cruz. Fueron los mismos frailes carmelitas los que ponen a nuestro convento bajo el patronazgo de su más ilustre conventual, quedando como patrono de los terrenos que ocupaba La Peñuela, dentro de los límites del entonces término municipal de Baeza. Un siglo después, con la colonización, se sumará en el patronazgo de la joven ciudad a la Inmaculada Concepción, como patrona de las nuevas poblaciones. Pero los colonos, como antes los frailes y habitantes de la Peñuela, reconocerán a San Juan de la Cruz como su santo patrón, erigirán una hermandad que le rinda culto y de sus limosnas se ampliará la ermita hasta alcanzar la extensión con la que hoy la conocemos.

Termina esta novena, pero no termina la protección que San Juan nos dispensa. Nuestro Patrón seguirá intercediendo por nuestro pueblo ante Dios, a la vez que nos espera en la Parroquia y en la Ermita, para recoger nuestros ruegos y consolarnos. Quiera Dios que el próximo año, vuelva a sonar en las frías tardes otoñales el nervioso repique de una pequeña campana, y podamos concluir esta novena en nuestra ermita, para que nuestro santo Patrón se enorgullezca de ver a los habitantes de su querida Peñuela reunidos, como siempre, para darle gracias por los favores concedidos. 

Nada de lo que podemos hacer nosotros podría siquiera aumentar un ápice la Gloria que San Juan de la Cruz goza en el Cielo, pues esta proviene de Dios. Pero lo que si podemos hacer, como hicieron nuestros frailes, como hicieron nuestros antepasados, es manifestar el amor que La Peñuela, hoy La Carolina, siente por un humilde santo, honra de nuestra ciudad y prenda de nuestra historia.

Quiera Dios que el año próximo podamos acompañar a la bendita imagen de nuestro patrón en solemne y triunfal procesión de alabanza. Y que junto a ella, podamos peregrinar como cada año hasta la ermita. Y junto al frío de la noche, el olor de la pólvora, el repique de la campana y el canto de nuestro himno, podamos unir de nuevo nuestros corazones, para que la voz de nuestro pueblo pueda alcanzar la Gloria eterna y manifestar  llena de júbilo que en La Carolina, ayer, hoy y siempre

¡¡¡VIVA SAN JUAN DE LA CRUZ!!!