Con gran júbilo, La Carolina se dispone a celebrar el mes
consagrado a su excelso Patrón San Juan de la Cruz, dueño y señor
de los desiertos de Sierra Morena. La inmortal Peñuela, la ilustrada
Carolina, dotan a este mes de un halo de amor y devoción a la figura
del místico doctor. Los aires otoñales hacen un año más que
volvamos la mirada a nuestras esencias, a nuestra más profunda raíz,
a la mágica noche en la que junto a la centenaria ermita, los
carolinenses elevamos nuestros ojos a nuestro Santo que amorosamente
abraza su cruz, mientras que su dulce mirada nos alumbra el camino.
Noviembre. Noviembre carolino. Aunque el mundo celebre a San Juan
en Diciembre, La Carolina nunca admitió modificar la más antigua de
sus tradiciones. Porque para nosotros, Noviembre es el mes que
condensa nuestra devoción y la incardina en nuestro calendario. El
24 de Noviembre es el día que nuestra ciudad reverdece ante su
historia. Que San Juan de la Cruz bendito siga siempre capitaneando a
su pueblo, que se siente más suyo al llegar al pozo de la ermita.
Ese pueblo que lanzará al cielo súplicas y plegarias en cada cohete
que ilumine de color las noches sanjuanistas. Hasta nuestra sierra recordará nostálgica el antiguo rugir de los barrenos, que le sacaban el
mineral de sus entrañas, cuando la traca anuncie que San Juan vuelve
a su templo, en el que oró y celebró la Santa Misa en su estancia
entre nosotros, y desde 1785 santuario de su Sagrada Imagen.
Este mes su varias veces centenaria Hermandad Patronal se
dispondrá a presentar a los carolinenses un completo programa de
cultos, actividades y propuestas para que no decaiga la llama que el
cisne de Fontiveros sembró en esta tierra. El entrañable castillo
de fuegos artificiales, los pasacalles, la Misa Mayor, y como
culminación, la Solemne Procesión de nuestro Patrón, acompañado
del fervor de sus hijos.
¡¡¡ VIVA SAN JUAN DE LA CRUZ!!!