miércoles, 7 de enero de 2015

La Hermandad de San Juan de la Cruz en el 450 aniversario de la fundación del Convento de La Peñuela

Nuestra Hermandad tiene este año la ineludible misión de recordar y conmemorar este año de 2015 un aniversario trascendental. El 450 aniversario de la fundación del Convento de La Peñuela, hecho que aconteció en 1565. Un pequeño convento retirado en la soledad de Sierra Morena, que la fama de Santidad de San Juan de la Cruz, que murió siendo conventual de La Peñuela, elevó a la historia mundial, siendo hoy día de recuerdo obligado en toda biografía del Santo Reformador.

La Peñuela es La Carolina. Es su raíz primera y su espíritu. La importancia de dicha fundación radica en que, de no haberse producido, no se hubiera elegido este sitio para fundar la que hoy es La Carolina.

Por ello, desde este Blog haremos un esfuerzo de difusión. En el apartado Especiales (margen derecho) habilitaremos en breve un espacio para el estudio y el conocimiento de la historia de La Peñuela, en la creencia que rescatar la memoria es el mejor homenaje que podremos hacer.

EL 450 ANIVERSARIO DE LA FUNDACIÓN DE LA PEÑUELA

El 250 aniversario de la fundación de las Colonias de Sierra Morena, que celebraremos en 2017, viene precedido por un aniversario de importancia capital. Este año de 2015 celebramos el 450 aniversario de la fundación en el sitio de La Peñuela de un convento de ermitaños, que en 1573 tomarán el hábito carmelitano formando el germen de nuestra actual ciudad.

Pablo de Olavide elije a la pequeña aldea y convento de la Peñuela como sitio a poblar por la empresa colonizadora. El Intendente se persona en el convento, concretamente el día 23 de Agosto de 1767, para establecer la división de las dos líneas maestras, que encuadrarían a la futura población y las diferentes suertes que se habían de entregar a cada colono.

Todo esto sucede porque el convento reunía unas excelentes condiciones para fundar la ciudad, ya que sus instalaciones sirvieron para el refugio de funcionarios y oficinas de la Intendencia, estando alojados en el hasta 1770. Hasta el mismo Olavide reside en el convento. Otras razones habría que buscarlas en el pozo, la huerta, el molino de aceite y el olivar de los cuales disponía el convento.

Por todo ello, es fácil suponer que si trascendental para nosotros fue el hecho de la elección de la Peñuela como núcleo principal de la repoblación de Sierra Morena, extraordinaria importancia cobra la existencia del convento, que justifica la elección del Asistente de Sevilla.

LA FUNDACIÓN

Corría el año de 1565 cuando el vecino de Baeza D. Alonso Sánchez Chacón, hijo del comendador de Caravaca Gonzalo Chacón y González, enviuda de su esposa, Doña María de Carvajal y Osorio. Hija del señor de Jodar, Diego de Carvajal, Señor de Tovaruela, Velmez y otros heredamientos de la comarca de Baeza, Virrey de Guipúzcoa y alcalde y Capitán General de Fuenterrabía y San Sebastián. 

Don Alonso resuelve dejar todo asimiento con su anterior vida, y se retira a su propiedad de La Peñuela, en compañía de un criado, para dedicarse a la vida penitente. Pronto se rodea de algunos amigos que le acompañan en el afecto de la soledad.

Por aquel entonces, La Peñuela era un núcleo minúsculo de apenas unas cuantas casitas enclavado en las inmediaciones de sierra morena, rodeado de alquerías y espeso monte. Allí existía un pequeño oratorio. Junto a el, Don Alonso construyó una casa humilde.

A poco de iniciado este retiro, murió en Baeza, Don Luis Sánchez Chacón de Carvajal, un hijo mayorazgo que había dejado, en plena juventud. Pero Don Alonso, que había resuelto dedicar su heredad al convento, decide desamparar al hijo. Los amigos y parientes, temiendo pleitos y rencillas, le rogaron que se casase para evitarlas. Por razón de su linaje, Don Alonso tiene que ceder, y antes de tener que dejar el mayorazgo a un nieto, a falta de mejor heredero, vuelve a casarse. 

Don Alonso se afana en que no falte sucesión espiritual a la comunidad de ermitaños que había iniciado. Para ello hace venir a Alonso de Coca, discípulo de San Juan de Ávila, hombre muy virtuoso, que tenia a su cargo el Hospital de la Concepción de Baeza. Pero esta ciudad no ve bien que Alonso de Coca se marche, por lo que Don Alonso manda llamar a Diego Hernández para hacerse cargo de la comunidad.

En estos primeros tiempos son ya catorce los ermitaños que hacen aquí vida penitente. No salían a los lugares a pedir limosna, se sostenían del trabajo de sus manos, del cuidado de la huerta y de la recolección de frutos silvestres. El Padre Álvaro Nuñez Marcelo, sacerdote muy virtuoso de Baeza, y discípulo también de San Juan de Ávila, acudía a decirles Misa los días de fiesta.

El 29 de Junio de 1573, se dio el hábito carmelitano a los ermitaños. Nace así el Convento carmelita de Jesús María del Monte de La Peñuela, a los ocho años del comienzo de la vida conventual en este lugar. Pero en 1575 se recibe la visita del Padre Gracián, padre visitador de la Orden. A su llegada, encontró a unos setenta religiosos viviendo en unas condiciones miserables.

El Padre Gracián considera que el sitio era de suyo enfermo, porque la casa fue construida en un lugar bajo, rodeado por el cierzo de altos cerros que la privaban de su saludable soplo; todo lo demás cerrado de encinares, y espesos matorrales, que impedían los demás vientos. Una fuente cercana empantanaba toda la tierra, y engrosaba el aire con vapores cargados, de los que nunca se veían libres los frailes. La casa tan ahogada, y desacomodada de vivienda para tantos religiosos, que les era forzoso vivir muchos en una pieza, que en verano era mas intolerable su forma con la falta de aire. Por lo que expresa su deseo de mudar de sitio, como se hizo el año siguiente de 1576.

Pero la gente no ve bien la marcha de los frailes. Los Caballeros de Baeza, que tenían alquerías en Sierra Morena, y los habitantes de las villas circunvecinas, intentaron que allí volviesen los religiosos, ofreciéndoles para ello muchas comodidades. En el tiempo que los frailes se ausentaron, quedó a cuidado del convento y los sepulcros un religioso de la Orden de San Basilio. Pero como los habitantes de La Peñuela y de los alrededores querían la vuelta de los carmelitas, amargaron la vida a este religioso, que acabó marchándose.

Aprovechando la estancia en Baeza del Comisario Apostólico que pasaba de Madrid a Sevilla, acudieron los caballeros de la ciudad, y le rogaron la reedificación de La Peñuela. La ciudad de Linares envió a dos personas principales, que ofrecieron para el gasto una gran suma de dinero. No en vano estaban removiendo los ánimos Alonso Sanchez Chacón, y el Padre Álvaro Nuñez Marcelo, que tanta mano tuvieron en la primera fundación. Al final el Comisario accede, y nombra por prelado al Padre Fray Francisco de la Concepción. Señaló también por compañeros a cinco de los primeros fundadores. Se señala para el regreso el día 10 de Agosto de 1577, con idea de hacerlo de forma discreta. Hecho que no les valió porque la gente acabó enterándose.

El día siguiente, 11 de Agosto de 1577, se dijo la Misa primera con mucha solemnidad, y se puso el Santísimo Sacramento en un relicario de plata procedente del Convento de los Mártires de Granada, donado por la Condesa de Tendilla. Adornaron el Altar con una Imagen de Nuestra Señora, y para la Sacristía envió la Condesa muy buenos ornamentos. La ciudad de Baeza volvió a donar terreno de nuevo, para que pudiesen plantar lo necesario. Inmediatamente se levantó una Iglesia más capaz que la primera, junto a un nuevo edificio conventual (la actual Parroquia de la Inmaculada Concepción). Se desenterraron los huesos de los que estaban sepultados en el primitivo convento, para trasladarlos cuando se hiciese la traslación del Santísimo Sacramento, ceremonia a la que asiste el Padre Núñez Marcelo el año de 1578.

EL PRIMITIVO EDIFICIO


El primer convento estaba situado en la actual ermita de San Juan de la Cruz, cuyo altar mayor es el primitivo oratorio, ampliado en 1782, siendo en la actualidad el edificio más antiguo con el que cuenta La Carolina. Por aquel tiempo era una pequeña capilla que ya existía con anterioridad a la fundación de 1565. Era un pequeño edificio de sillería cubierto a dos aguas. En la portada, de frontón triangular, destacaba un gran óculo. A un costado de la fachada se erguía una airosa espadaña. Cada lateral contaba con una ventana, y en la trasera quedaba adosado a la casa que Don Alonso Sánchez Chacón edificó en 1565.

En dicha casa destacaban dos aposentos que servían, el uno de Refectorio, y el otro de cocina. Encima de ellos se ubicada una angosta cámara a teja vana, que hacía las veces de dormitorio, adonde se acomodaban los que cabían, divididos unos de otros con distancia de media vara. La cama ordinaria era unos manojos de romero atados a manera de zarzo, y por cabecera una piedra, o un pedazo de encina sin cepillar, y una manta de pelos de cabra. Los que aquí no cabían, tenían por el monte alrededor de esta casa, chozas de retama o jara, tan estrechas, que en entrando un ermitaño no cabía otro. Una de otra estaba como un tiro de piedra, y la más retirada del convento no pasaba de uno de ballesta. Todo el conjunto, que se extendía mas allá del pozo, quedaba delimitado por un muro hecho de retamas y rastrojos.
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Con este breve resúmen podemos comprender fácilmente la importancia para nuestra historia local de conmemorar debidamente este 450 aniversario. Nuestra ciudad hunde sus primeras raíces en acontecimientos históricos anteriores a 1767. De no haberse fundado en 1565 el convento en el sitio de La Peñuela, Olavide nunca hubiera elegido el solar donde hoy se alza La Carolina, joya de la colonización del siglo de las luces.