jueves, 26 de marzo de 2015

El Señor de la Columna del Convento de la Peñuela


 Fotografías: Procesión del Stmo. Cristo en 1930 y 1932

Cualquier estudioso del arte, al repasar antiguas fotografías de Nuestra Semana Santa, advertía rápidamente que entre la imaginería de nuestra Semana Santa primitiva, conformada por seis imágenes, destaca por su antigüedad la efigie del Señor de la Columna, pues sus rasgos nos remiten de forma inequívoca a una bella Imagen renacentista de la Escuela de imaginería granadina del siglo XVI.

Pero hasta ahora se creía que en la Parroquia de la Inmaculada, al fundar La Carolina, no había Imágenes. Se daba por supuesto que los frailes carmelitas, al irse, se habían llevado consigo cuantas imágenes existieran en el templo. Lo cierto es que en el inventario de bienes que hacen los frailes al tener que abandonar el convento, no aparecen por ningún lado.

El investigador podría suponer que la Imagen de la Columna hubiera llegado proveniente de los bienes que el Estado confiscó a los jesuitas, que habían sido expulsados, y cuyos efectos fueron, entre otros sitios, para surtir de objetos para el culto divino a las Iglesias surgidas en las Nuevas poblaciones.

Pero la documentación que obra en el Archivo Histórico Nacional nos aclara el origen del Señor de la Columna. En un cruce de acusaciones entre Fray Romualdo de Friburgo y Don Juan Lanes Duval, vicario, el que resuelve el enigma. Ante las insistentes denuncias en el Tribunal de la Inquisición hacia Olavide, siendo uno de los motivos que se esgrimen que en la Iglesia de La Carolina no había imágenes al culto, el Padre Fray Romualdo dice en 1775 que el Vicario tiene escondidas en un rincón de la Iglesia las Estatuas de Santos de la Iglesia vieja de los Padres Carmelitas, y no quiere exponerlas al culto Público, para complacer al Señor Asistente D. Pablo.

Don Juan Lanes Duval responde que hay también en esta Iglesia algunas Santas Imágenes, que por no ser decentes, respecto de estar echas de otro tiempo, no pongo a la devoción de los fieles conforme esta justamente mandado: la una del esposo San José. La otra de un niño Jesús, la otra de la Virgen del Carmen, la otra de Cristo Señor nuestro atado a la columna, pero una que es el Señor Resucitado se pone en el trono todos los años el Sábado Santo, y toda la octava de Pascua de Resurrección, aunque no es muy grande esta Santa Imagen, no es tan diminuta que no la haya visto varias veces el Padre Romualdo.

Así pues, el señor de la Columna es la primera imagen de carácter pasionista que tiene La Carolina, proveniente del extinto convento carmelita. Posteriormente el intendente Ondeano encarga una Imagen de la Virgen de los Dolores en 1784. Al venir esta, se colocan todas las Imágenes en el interior del templo, resultando ya comprensible la relación de nueves imágenes y tres retablos que se contabilizan en la Parroquia en 1785 (Virgen del Carmen, San José, Niño Jesús, Columna, Resucitado, Inmaculada, San Juan de la Cruz, San Carlos Borromeo y la Virgen de los Dolores).

La iconografía de una Imagen es inconfudible, Para los expertos es como un “DNI” que permite datarla y aproximarla a corrientes artísticas y periodos históricos. En este caso nos encontramos ante imagen perfectamente encuadrada en una iconografía muy determinada, popular en el renacimiento, pero que a partir de 1590 va perdiendo fuerza, siendo sustituidas por representaciones de transición al barroco, de mayor movimiento y ampulosidad en las líneas. Sus rasgos granadinos no hacen sino corroborar con más fuerza su procedencia. Fundados los conventos de Granada y La Peñuela muy próximos en el tiempo, son muchos los objetos que de Granada vendrán a nuestro convento. Como la Custodia que envía la Duquesa de Tendilla. Una vez concluido el segundo templo conventual en 1578, éste se iría dotando de altares e imágenes, entre las que ha de figurar necesariamente el cristo amarrado, por la correspondencia cronológica en su estilo escultórico y la construcción de la Iglesia.

Las imágenes del Señor de la Columna y Nuestra Señora de los Dolores serán las efigies que conformarán la primera procesión de la semana santa de La Carolina, en la segunda mitad del siglo XIX. A partir de 1885 sabemos que el Ayuntamiento asiste en corporación y envía a la Banda Municipal de Música a la Procesión del Jueves y Viernes Santo. El Cristo y a la Virgen de los Dolores procesionan, a pesar de no contar con Cofradías, siendo la Parroquia la que dispondría la procesión.

En 1899 se funda la Hermandad de Nuestra Señora de los Dolores, en una década de arranque de un movimiento cofrade (Asociación Josefina en 1881, Hermandad de la Virgen del Carmen 1891, Hermandad del Corazón de Jesús en 1892). A la fundación de la Cofradía de los Dolores se unirán las de Jesús Nazareno, Expiración, San Juan Evangelista y Santa María Magdalena.

Procesión 1927

El señor de la Columna, continuó sus salidas, pero sin tener Cofradía. Hasta la fundación de la Hermandad, era Doña Francisca Mercader y sus hijas las encargadas de arreglar a Ntro. Padre Jesús de la Columna para que saliese en Andas en la procesión del Jueves Santo por la tarde. En 1928 el paso del Señor se encuentra sin gente para sacarlo en la procesión del Viernes Santo por la noche, hecho que mueve a Doña Juana Domecq a solicitar de unos jóvenes ayuda para sacarlo, y motiva la fundación de la Hermandad, siendo su primera presidenta Doña Inés Lloreda Domecq.

A la joven Cofradía nacida bajo la primitiva imagen de La Peñuela le tocará vivir los años más convulsos de su existencia. En la procesión del Jueves Santo 4 de Abril de 1931, su tercera salida procesional como Cofradía, la Hermandad tiene que hacer frente a todos los gastos que ocasiona la procesión, porque el Ayuntamiento deniega la subvención que anualmente se concedía para sufragar los gastos de las Cofradías. Por si esto fuera poco, en mitad de la procesión, una persona en estado de embriaguez ocasiona un incidente, que obliga al Ayuntamiento a decretar el cierre de todos los establecimientos de bebidas para el Viernes Santo.

En 1932 y 1933 no se celebran procesiones de semana santa en nuestra ciudad. En 1934 las Cofradías acuerdan celebrar únicamente una procesión general el Viernes Santo. En 1935 nuestras Hermandades acuerdan celebrar todas las procesiones, pero visto el estado de precariedad económica se acuerda hacer una colecta pública para costear los gastos. En 1936 vuelve a prender el miedo y la sinrazón, acabando de forma abrupta a finales de Julio, con la destrucción de la imaginería carolinense, perdiéndose víctima de la incultura y la barbarie la Imagen del Señor amarrado a la columna. A los ocho años de fundada, la Cofradía ve interrumpida su vida, reorganizándose seis años después en torno a la actual Imagen, obra del insigne escultor D. Enrique Bellido Miquel, llegando hasta nuestros días.

Procesión año 1934
Hoy por desgracia no contamos con aquella bella Imagen, de sabor renacentista, de exquisita y delicada anatomía, de bello contraposto. Pero si podemos evocarla en las fotografías que nos han llegado, y enorgullecernos al pensar que nuestra popular Cofradía del Amarrado a la Columna lleva prendido en su seno más interno, el sabor de los siglos que atesoraba una Imagen conventual, ante la que un Doctor de la Iglesia, nuestro santo Patrón, pudo rezar y oficiar la Santa Misa, acordándose ante la bella efigie, de la Pasión de Dios nuestro Señor. Hoy nosotros, en aquel mismo templo conventual, no podemos sino recordarlo con cariño, y a modo de oración, uniendo nuestras manos a las del ángel que conforta al redentor, decir a Cristo amarrado, como dijera Fray Juan: Mi dulce y tierno Jesús, si amores me han de matar, ahora tengan lugar.

Actual Imagen.



lunes, 16 de marzo de 2015

La Hermandad Patronal recibió a los titulares de la Cofradía de San Juan Evangelista en la Ermita


El pasado sábado día 14 de Marzo se llevo a cabo el traslado de los titulares de la Cofradía de San Juan Evangelista desde la Parroquia de la Inmaculada a su Casa de Hermandad. A las nueve de la noche, el Santísimo Cristo de la Clemencia se asomaba al dintel de la Parroquia, precedido de sus hermanos en fila portando cirios. Tras él, Nuestra Señora de la Misericordia y San Juan Evangelista, portados sobre andas, iniciaban el camino hacia su casa de Hermandad, desde la que el próximo Jueves Santo iniciarán su esperada estación penitencial.

A lo largo del camino, se rezó el Via Crucis. El cortejo atravesó la calle Peñuelas y el paseo San Juan de la Cruz hasta llegar a la ermita de  nuestro Santo Patrón.

En la misma, la Hermandad de San Juan de la Cruz, Patrón de La Carolina, los recibió haciendo entrega a los Sagrados Titulares de un ramo de flores. La Hermandad de San Juan Evangelista reservó el rezo de la décima Estación a la Hermandad Patronal. Una vez finalizado el Solemne acto en la Ermita, la junta de gobierno y un nutrido grupo de hermanos acompañaron al Santísimo Cristo de la Clemencia, Nuestra Señora de la Misericordia y San Juan Evangelista hasta el término del traslado.







 Fotografias gentileza de J. Lozano