jueves, 3 de diciembre de 2015

Comunicado de la Hermandad de San Juan de la Cruz, Patrón de La Carolina



Hoy nos hemos despertado con la triste noticia del ataque patrimonial que ha supuesto el incendio intencionado de la puerta de nuestra ermita. Como carolinenses es normal que ante esta deplorable acción vandálica sintamos un pellizco en lo más profundo de nosotros mismos, porque la ermita es para nosotros la raiz última de nuestros afectos. Llevamos estas centenarias paredes grabadas en nuestro corazón, sintiendo la cercanía de otras novenas ya pasadas, que traen la presencia a nuestra alma de nuestras madres, abuelas... Y esto es, porque la ermita constituye la memoria viva y presente de lo que fuimos, lo que somos y lo que seremos, que nos convoca, al compas de su campana, en cada mes de noviembre para la tradicional novena, para presentarnos ante el humilde fraile que nos saluda en la misa ultima, donde el pequeño angel nos impone no quebrar el silencio trascendente de un momento eterno.

“Si no muriera, le quitara el hábito y no muriera en religión”. Con estas palabras recibía el Padre Diego Evangelista la noticia de la muerte de Fray Juan. A nuestro Santo Patrón le persiguieron y ultrajaron hasta hacerle decir que entre las piedras se hallaba mejor que con los hombres. Pero lo soportaba con humildad. Nunca se le oyó una palabra de desaprobación. Nunca. Es más, se apenaba cuando la gente trataba de solidarizarse con el calvario que le estaban haciendo pasar. “Dios lo permite para gloria de sus escogidos”, será la única respuesta que dará nuestro Patrón ante la persecución.

Hoy hemos terminado la novena. Y San Juan vuelve, con la sonrisa que roba el corazón, una vez más a la Peñuela. Si una vez fueron los frailes asustados de ver arder el convento por el fuego, hoy nos toca a nosotros, asustados y conmovidos ante el peligro que ha podido suponer para nuestra ermita. Y es parece que san Juan quisiera que nosotros saquemos, como los frailes ya hicieron, una valiosa conclusión. Podrán atentar contra nuestro patrimonio material una y mil veces. Lo repondremos. Lo realmente valioso de esta ermita es la historia que desde 1591 atesora en la devoción de nuestras gentes. El culto a nuestro santo patrón, es el mayor patrimonio que atesora La Carolina desde su misma fundación. El fruto de santidad que San Juan dejó en nuestro pueblo, no se podrá borrar nunca. 

¡¡¡VIVA SAN JUAN DE LA CRUZ!!!