jueves, 2 de diciembre de 2021

NOVENA A SAN JUAN DE LA CRUZ. NOVENO DÍA


1. ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS

Clementísimo Dios y Señor nuestro infinito, que por vuestra inmensa piedad quisisteis que San Juan de la Cruz fuese desde niño inclinado a todo género de virtudes, y por su ejercicio alcanzase ser muy amado de Vos y de vuestra Santísima Madre, comunicándole muchas gracias y favores: Os suplicamos humildemente que por su intercesión y merecimientos nos concedáis pureza de alma y cuerpo, con las demás virtudes teologales y cardinales que este Santo glorioso practicó toda su vida, para que, imitándole en este ejercicio e inocencia de costumbres, merezcamos como Él ser amparados de Vos y de vuestra Madre Santísima en esta vida por gracia, y después gozaros para siempre en su compañía en la gloria. Amén.


2. ORACIÓN PARA EL NOVENO DÍA

Amable y excelso Padre mío San Juan de la Cruz, que por emular a nuestro dulce Redentor renunciaste hasta morir los alivios y consuelos aún celestiales, y te abrazaste con gusto con los trabajos y desprecios mayores, como se vio cuando el Señor te dijo: “Juan, ¿qué premios quieres por tus trabajos?”, que vos con generoso y soberano aliento le respondisteis: “Señor, padecer y ser menospreciado por ti”; cuyo deseo le fue tan agradable a su Majestad, que te concedió morir despreciado de las criaturas, y penando en la Cruz de cinco llagas, pero honrado con la presencia del mismo Criador; te suplicamos, Padre amantísimo, nos alcances del mismo Señor, que imitándote en la vida y en la muerte, nos aprovechen los méritos de su sagrada Pasión, por la cual nos perdone todos nuestros pecados y nos conceda perseverancia final en su gracia, mediante la cual pasemos a gozarle en vuestra compañía por eternidades en la Gloria, y también el favor que le suplicamos, si nos conviene, en esta Novena. Amén.


3. TRES PADRENUESTRO, AVE MARÍA Y GLORIA 
(Aquellos que lo prefieran pueden rezar el Santo Rosario)


4. PETICIÓN DE LA GRACIA

A lo largo de los siglos los carolinenses siempre hemos vuelto nuestros ojos en caso de verdadera necesidad ante la venerada imagen de nuestro Santo Patrón. A Él hemos acudido implorando protección en las grandes calamidades y pandemias que a lo largo de su historia ha vivido nuestro pueblo con la confianza puesta en su eficaz intercesión como Sagrado Protector de La Carolina.

Por todo ello, cobijados en el amparo que nuestro Patrón San Juan de la Cruz nos dispensa, pidámosle la gracia que deseemos alcanzar de Dios nuestro Señor en esta Novena.


5. GOZOS A SAN JUAN DE LA CRUZ

Pues sois Padre generoso
Del reformado Carmelo,
dadnos favor y consuelo,
San Juan de la Cruz glorioso.

Apenas naciste, Juan,
cuando Jesús y María
te dan la mano a porfía
para ser su Capellán;
los dos de tu parte están
para hacerte venturoso.
Dadnos favor y consuelo,
San Juan de la Cruz glorioso.

De inocencia revestido
en el primer Sacrificio,
de Capellán el oficio
hiciste bien, y cumplido;
por ser más agradecido
buscas siempre lo penoso.
Dadnos favor y consuelo,
San Juan de la Cruz glorioso.

La cruz tomas por empresa
del reformado Carmelo,
y por subir más de vuelo
te descalzas con Teresa;
si esto a todos embelesa
a tí te hizo más dichoso.
Dadnos favor y consuelo,
San Juan de la Cruz glorioso.

De la cumbre del Carmelo
compasivo al valle vas,
y a todo pobre le das
por sustento el pan del Cielo;
todos quedan con consuelo
de verte tan dadivoso.
Dadnos favor y consuelo,
San Juan de la Cruz glorioso.

Los cojos y los quebrados,
los mancos y los tullidos,
los tristes más afligidos
quedan por ti consolados;
en partos muy revesados
socorres más generoso.
Dadnos favor y consuelo,
San Juan de la Cruz glorioso.

Son de toda enfermedad
tus Reliquias medicina,
y universal oficina
de perenne sanidad;
a todos con brevedad
sanas siempre prodigioso.
Dadnos favor y consuelo,
San Juan de la Cruz glorioso.

Trabajos y oposición
en reformar padecéis,
pero todo lo vencéis
con paciencia y oración;
la mayor contradicción
sufrís blando y cariñoso.
Dadnos favor y consuelo,
San Juan de la Cruz glorioso.

En las alas del amor
y espinas de penitencia
subís, Juan, a la eminencia
de insigne reformador;
en este divino ardor
seguiste a Elías celoso.
Dadnos favor y consuelo,
San Juan de la Cruz glorioso.

De Jesús en el costado
tuviste, Juan, la morada,
no buscando gusto en nada
fuera de Jesús amado;
¡oh Querubín abrasado
De todos modos dichoso!
Dadnos favor y consuelo,
San Juan de la Cruz glorioso.

A Jesucristo imitaste
negándote a ti mismo,
queriendo ser uno mismo
en la Cruz, que tanto amaste;
en ella pues te quedaste
de más penas siempre ansioso.
Dadnos favor y consuelo,
San Juan de la Cruz glorioso.

Por tan crecidos favores
os llegó Cristo a ofrecer
Coronas al escoger;
mas tú eliges los mayores
desprecios y confusiones
por Jesucristo amoroso.
Dadnos favor y consuelo,
San Juan de la Cruz glorioso.

Siguiendo Juan este plan
en Cristo Juan se ha trocado,
y Cristo crucificado
vive transformado en Juan;
esta gracia, fue el imán,
que os hizo, Juan, portentoso.
Dadnos favor y consuelo,
San Juan de la Cruz glorioso.

Mil veces afortunados
dicen, Juan, ser tus devotos,
pues logran por ti sus votos
en favores duplicados;
por eso experimentados
te aclaman el poderoso.
Dadnos favor y consuelo,
San Juan de la Cruz glorioso.


6. ORACIÓN FINAL

Omnipotente Dios y Señor, que al bendito San Juan de la Cruz le concediste ser amante fervoroso de los trabajos, desprecios y cruz de vuestro Santísimo Hijo, y una abnegación perfecta de sus pasiones y apetitos: Concédenos Señor, por sus méritos y ruegos, que imitando aquí sus virtudes merezcamos en el Cielo ser compañeros de su Gloria por los siglos de los siglos. Amén.

San Juan de la Cruz ¡Ruega por nosotros!

Hoy concluimos el rezo de la tradicional novena que ha sido, desde la fundación de nuestra ciudad, el acto de culto más genuino en honor de nuestro Santo Patrón San Juan de la Cruz. 

Por segundo año consecutivo, hemos realizado la novena en la intimidad de nuestros hogares y no en la ermita. Pero no es así. Nuestra Hermandad, varias veces centenaria, se ha enfrentado en varias ocasiones a situaciones convulsas como guerras y epidemias, que han impedido que la Novena se pudiera realizar de forma colectiva. Incluso en los días más aciagos de nuestra historia, La Carolina, de forma callada, seguía honrando a su santo Patrón en la intimidad de sus hogares.

Y es que San Juan de la Cruz es el sagrado protector de La Carolina. Es nuestro santo patrón desde mucho antes de que se fundara nuestro pueblo. Incluso antes de que fuera canonizado por la Iglesia. A partir de 1657, una vez beatificado, los frailes de la Peñuela cambian el nombre del convento, dejando de llamarse Jesús María del Monte para titularse convento de San Juan de la Cruz. Fueron los mismos frailes carmelitas los que ponen a nuestro convento bajo el patronazgo de su más ilustre conventual, quedando como patrono de los terrenos que ocupaba La Peñuela, dentro de los límites del entonces término municipal de Baeza. Un siglo después, con la colonización, se sumará en el patronazgo de la joven ciudad a la Inmaculada Concepción, como patrona de las nuevas poblaciones. Pero los colonos, como antes los frailes y habitantes de la Peñuela, reconocerán a San Juan de la Cruz como su santo patrón, erigirán una hermandad que le rinda culto y de sus limosnas se ampliará la ermita hasta alcanzar la extensión con la que hoy la conocemos.

Termina esta novena, pero no termina la protección que San Juan nos dispensa. Nuestro Patrón seguirá intercediendo por nuestro pueblo ante Dios, a la vez que nos espera en la Parroquia y en la Ermita, para recoger nuestros ruegos y consolarnos. Quiera Dios que el próximo año, vuelva a sonar en las frías tardes otoñales el nervioso repique de una pequeña campana, y podamos concluir esta novena en nuestra ermita, para que nuestro santo Patrón se enorgullezca de ver a los habitantes de su querida Peñuela reunidos, como siempre, para darle gracias por los favores concedidos. 

Nada de lo que podemos hacer nosotros podría siquiera aumentar un ápice la Gloria que San Juan de la Cruz goza en el Cielo, pues esta proviene de Dios. Pero lo que si podemos hacer, como hicieron nuestros frailes, como hicieron nuestros antepasados, es manifestar el amor que La Peñuela, hoy La Carolina, siente por un humilde santo, honra de nuestra ciudad y prenda de nuestra historia.

Quiera Dios que el año próximo podamos acompañar a la bendita imagen de nuestro patrón en solemne y triunfal procesión de alabanza. Y que junto a ella, podamos peregrinar como cada año hasta la ermita. Y junto al frío de la noche, el olor de la pólvora, el repique de la campana y el canto de nuestro himno, podamos unir de nuevo nuestros corazones, para que la voz de nuestro pueblo pueda alcanzar la Gloria eterna y manifestar  llena de júbilo que en La Carolina, ayer, hoy y siempre

¡¡¡VIVA SAN JUAN DE LA CRUZ!!!