viernes, 14 de diciembre de 2012

14 de Diciembre

Hoy, la Hermandad de San Juan de la Cruz, quiere unirse de forma muy especial, a todos los que hoy celebran la solemnidad del extático padre reformador del carmelo.

A las 11 de la mañana tendremos, como ya anunciábamos, una eucaristía en la Ermita de San Juan de la Cruz, acto de culto que corona los diferentes cultos que desde Noviembre se vienen sucediendo para honrar a nuestro Santo Patrón (solemne triduo, Misa Mayor, novena) los cuales tienen su punto culminante el tradicional día 24 de Noviembre.

Hoy, os invitamos a orar con nosotros a San Juan de la Cruz, pidiéndole de forma especial por todos aquellos que pasan por una delicada situación laboral, económica, familiar... Recemos para que no falte la ayuda a todos nuestros hermanos que victimas de esta brutal crisis ven escasear sus medios de subsistencia. Hoy recemos para solicitar su especial intercesión ante Dios nuestro Señor.


 Aclamemos a Cristo, nuestro Redentor, que llamó a san Juan de la Cruz a su seguimiento

y lo encumbró a la más sublime contemplación, y digámosle:
A ti la gloria y el poder por los siglos.

Cristo Jesús, que diste a conocer a tu siervo Juan la sabiduría de la cruz,
enciende la llama viva de tu amor en todos los que han recibido en la Iglesia el ministerio de la enseñanza, del gobierno y de la santificación.
Cristo Jesús, Luz sin ocaso, que te manifiestas a los pobres de espíritu en la oscuridad de la fe,
revela tu rostro a todos los pobres que en medio de las tinieblas te buscan con sincero corazón.
Cristo Jesús, Maestro único y verdadero, que des­cubres las riquezas de tu sabiduría a quienes te buscan y te aman,
otorga el conocimiento experimental de tu amor a cuantos has llamado a la familia del Carmelo.
Cristo Jesús, que vives triunfante en el cielo, rodeado de todos los santos,
concede a nuestros hermanos el descanso eterno y el goce de la paz en tu reino.

Oración
Señor Dios nuestro, que hiciste de san Juan de la Cruz un modelo de abnegación evangélica y un perfecto amador de Cristo crucificado; concédenos que, siguiendo su ejemplo y su doctrina, lleguemos hasta la contemplación eterna de tu gloria. Por nuestro Señor Jesucristo.