domingo, 8 de febrero de 2015

San Juan de la Cruz, Sagrado Protector de Caravaca.

San Juan de La Cruz. Copatrono de Caravaca. (Foto: J. Amor)
Muchas son las ciudades por las que pasó en vida San Juan de la Cruz. Pero no son tantas las que han quedado profundamente marcadas por su santidad. Fontiveros, Segovia, La Carolina, Ubeda… son ciudades que hoy no se entenderían sin el legado sanjuanista. 

Una de ellas es la ciudad de Caravaca de la Cruz. Es una ciudad hermana a nosotros, pues su acendrada devoción al santo viene de antiguo. Siete son las veces que el Santo de La Peñuela recalará en una ciudad marcada de forma indisoluble por la Santa Cruz. Su recuerdo, mantenido a través de los siglos por La Orden, quedó refrendado en el especial y constante culto que se le dio a través del tiempo a San Juan de la Cruz en la ciudad, como patrono y protector. 

Y es que Caravaca conserva en su día a día la huella del santo. Cada año se programan actividades coincidentes con el 14 de diciembre, para conmemorar la festividad del santo. La propia ciudad guarda su recuerdo en su toponimia y en sus monumentos. El Instituto “San Juan de la Cruz”, el monumento a San Juan de la Cruz peregrino, el camino del santo, la casa dónde habitaba en sus visitas… 

Pero si algo destaca por encima de todo, es que Caravaca cuenta con el honor de tener el Convento de Nuestra Señora del Carmen, que el propio Santo funda en 1586. La Iglesia fue edificada en el siglo XVII, diseñada por el arquitecto de la orden Fray Alberto de la Madre de Dios, concluyéndose las obras en 1635. 

La ciudad de Caravaca siempre ha rendido culto y profesado especial veneración hacia San Juan de la Cruz. A lo largo de la historia la Orden carmelitana, de fuerte presencia e identificación con la ciudad lo ha invocado como especial protector de la villa, con el orgullo del legado atesorado por los siglos. San Juan de la Cruz recala varias veces en la ciudad, en la que tienen lugar momentos importantes de la vida del Santo. Varios de los milagros le suceden aquí al místico reformador.  

Para La Carolina, Caravaca es una ciudad hermana en el afecto sanjuanista. Porque si para nosotros la acendrada devoción a San Juan motivó que los carolinenses lo eligieran Patrón, los caravaqueños a lo largo de la historia lo tuvieron por singular copatrono y protector de la Orden carmelita. 

Es nuestro deseo que los hijos de la Santa vera cruz perseveren en el amor al Santo Reformador, y que como sus antepasados sigan profesándole especial veneración, en la seguridad de que venerar a San Juan de la Cruz, es honrar la historia de la que con orgullo pueden hacer gala.