martes, 5 de noviembre de 2013

San Carlos Borromeo y nuestra Hermandad


Parroquia (aprox 1915). Al fondo tras el púlpito,
primitiva imagen de San Carlos Borromeo.
Al fundar la ciudad, el templo parroquial acoge una primera intervención para acoger al coro y al camarín de la Purísima Concepción, patrona de la Colonia. Una vez concluida esta primera intervención, el templo es bendecido solemnemente por el Vicario Don Juan Lanes duval, el día 9 de Julio de 1769. A instancias de Olavide, el templo adopta el nombre de La Inmaculada Concepción y San Carlos Borromeo. Y ello se debe a la especial devoción que el rey ilustrado profesa a la Inmaculada, a la que ha nombrado titular de todas las colonias, y San Carlos con arreglo al nombre del monarca, que también ostenta la ciudad. Al año siguiente, 1770, llega la Imagen de la Patrona.

Pero el vicario se queja de la falta de imágenes, y el Obispo ordena poner imágenes que exciten la devoción de los fieles. Ondeano toma cartas en el asunto y pide que sea el propio Obispo el que indique qué imágenes habían de colocarse. Así, en 1782, Ondeano explica que para la conclusión de la iglesia tan sólo queda adquirir dos imágenes, una de San Carlos, declarado patrono de esta iglesia, con respecto al Augusto nombre del Rey, su fundador.

La Imagen de San Carlos, tutelar del Templo, llega junto con la de San Juan de la Cruz, en 1784, siendo obra del riosecano Manuel Adeba Pacheco.

Ya desde esa misma fecha las continuas alusiones a San Juan de la Cruz, y la devoción acendrada al santo carmelita hacen que San Carlos quede olvidado, perdiéndose hasta la memoria del nombre de la Parroquia, lo que de facto privaba a San Carlos del reconocimiento de su patronazgo sobre el templo (prueba de este olvido es que a finales del siglo XX se titule a una parroquia con su nombre, al desconocer que en realidad la Parroquia de la Inmaculada ya lo ostentaba)

Y este perpetuo abandono se mantiene hasta que la Hermandad de San Juan de la Cruz decide incluirlo en su solemne procesión. San Juan ya había salido precedido de la Patrona de La Carolina en 1918. Por vez primera, el programa de festejos de 1926 anuncia la Procesión de las sagradas imágenes de San Juan de la cruz y San Carlos Borromeo. Marcha éste abriendo el paso del Patrón, aun sin ser titular de la Hermandad. Este primer periodo termina abruptamente en 1936. En la recuperación de las fiestas, en 1939, San Juan vuelve a procesionar, esta vez precedido de un crucificado, que se conserva actualmente en la Ermita.

Destruida la primitiva Imagen, habrá que esperar al 28 de Marzo de 1941, fecha en la que Doña Carolina Batalla dona una Imagen de San Carlos, de tamaño algo menor al natural, obra del valenciano Enrique Bellido, tallada en madera policromada al óleo y estofada, cuyo importe asciende a 1500 pesetas.

San Carlos. Año 2002
Pero la Hermandad no lo procesiona. No es hasta la década de los años 50 cuando decide que vuelva a preceder al trono del Santo. En este segundo periodo es procesionado hasta el año 1970. Con la excepción de un año, San Carlos no volvería a procesionar hasta el año 2002, fecha en la que el gremio de peluqueros dona unas andas para sacarlo. En el año 2004, bajo la presidencia de Don Ginés Gallarín, estas andas son instaladas sobre un trono de ruedas, y ya en 2011 la Hermandad adquiere un trono en la Orfebreria Orovio de la Torre para que la Imagen de San Carlos procesione con mayor decoro.

Como curiosidad, la primera vez que se cita erróneamente a San Carlos como "Copatrono" de La Carolina es en el año 1956, repitiéndose en el año 1958 los mismos términos, sin reconocimiento oficial alguno. Hecho que motivó una confusión que llega a nuestros días, ya que jamás ha sido copatrón de La Carolina, sino Patrón de la Iglesia Principal.