jueves, 5 de diciembre de 2013

La Inmaculada Concepción. Patrona de La Carolina.

Actual Imagen. D. Enrique Bellido
Al fundar la ciudad, el templo conventual acoge una primera intervención para acoger el coro (hoy altar mayor) y camarín de la Purísima Concepción, patrona de la Colonia. Una vez concluida esta primera intervención, el templo es bendecido solemnemente por el Vicario Don Juan Lanes duval, el día 9 de Julio de 1769. A instancias de Olavide, el templo adopta el nombre de La Inmaculada Concepción y San Carlos. 

Y ello se debe a la especial devoción que el rey ilustrado profesa a la Inmaculada Concepción de María. Además de crear una Orden, la puso como patrona de sus estados, sin menoscabo del patronazgo que sobre España ejerce el apóstol Santiago. Así pues, Carlos III nombra a la Purísima patrona y titular de todas las colonias, motivo por el cual casi todos los templos surgidos de la Intendencia ostentan su nombre.

Última Salida Procesional. Año 1988
Una de las torrecitas de adorno que cerraban las gradas de piedra de la Plaza Mayor (levantadas en 1768), hoy trasladadas al Paseo molino de viento, contó con un relieve de la Inmaculada, trasladada a la fachada del templo parroquial por lo indecoroso del emplazamiento en 1769.

Hasta la elección de San Juan de la Cruz como compatrón conjunto a Ella, es la Inmaculada la única Patrona de La Carolina, y recoge y centra el culto oficial de los primeros años fundacionales. El 1 de Agosto de 1770, llega la Imagen de la Patrona a nuestra ciudad. Imagen de talla completa, en estuco blanco, al gusto neoclásico. Es bendecida por el Ilmo. Obispo de la diócesis, D. Antonio Gómez de la Torre y Jarabeitia el día 10 de Agosto.

De la época colonial nos llega la primera referencia de una procesión en la recién fundada Carolina. En un testimonio sobre Olavide, leemos que:

acompañaba a las procesiones públicas con la mayor dignidad, y el día que se sacó por las calles a la Virgen de la Concepción, nuestra Patrona, para implorar por su auxilio el socorro del agua que necesitaban los trigos de estos campos, ahora tres años, estuvo tan fervoroso y calificó para todos los que le conocían de tal suerte su amor a la sólida virtud, que sus ojos parecieron dos torrentes de lágrimas durante la procesión.

Imagen en estuco. Escultura Neoclásica.
A pesar del pronto auge que toma la devoción a San Juan, parece ser que la Imagen saldría en rogativa al menos una vez más. Lo que no dejó de celebrarse fue su festividad litúrgica, en atención a ser Patrona de España y de La Carolina.

En Mayo de 1780, se adquiere una corona de plata para esta imagen, con un costo de 2186 reales y 7 maravedís, la cual se paga el 31 del mes. Pero la realidad es que la Imagen, al gusto romano, no convence, y en Septiembre de ese mismo año, la Intendencia compra ingredientes de pintura y útiles para el estofado de la Virgen de la de esta Capital.

Durante el siglo XIX, se consignan en los presupuestos anuales de la ciudad los gastos correspondientes a la festividad de la Purísima, gastos que llegan a extenderse hasta los primeros años del siglo pasado. Sirva como ejemplo el acta de la sesión municipal del 8 de Julio de 1885, que aclara que siendo Patrona de España la Purísima Concepción, la fiesta religiosa que en su honra se celebra se estima como obligatoria [...]  Un año antes, la corporación municipal acuerda que la que hoy se llama calle de El campo, que lleve el nombre de Concepción por ser el de la Patrona de la ciudad. (2 de Noviembre 1884)

Inmaculada. Ponsoda
Destruida la Imagen en los tristes sucesos de 1936, Don Patricio Pérez dona la Imagen actual, bella obra en talla de madera estofada y policromada (desgraciadamente oculta bajo un burdo repolicromado), obra del valenciano Enrique Bellido, que adaptaría la composición iconográfica creada por el escultor barroco Esteve Bonet para la Catedral de Valencia (Imagen hoy perdida y sustituida por una réplica del escultor Ponsoda) En ella podemos apreciar la disposición original de los ángeles de la peana, alterados en nuestra Imagen, portando éstos los tributos que a los nuestros le faltan: El espejo y la filacteria. Sobre la composición, la Imagen carolinense presenta una mejor resolución de los pliegues del manto, y una pose más estilizada y conseguida. Por contra, el vulgar repinte de la misma oculta una policromía sin duda más rica en matices, que convendría devolverle a la obra para facilitar su lectura completa.

Por último, quisieramos publicar aquí una bellísima composición de nuestro Intendente Olavide. Se trata del Himno a la Inmaculada. Nuestro paisano Guillermo Sena destaca de esta canción que es la primera que versa sobre La Carolina, y la Protección de la ciudad naciente por su Patrona. Seguramente compuesta y cantada en las funciones solemnes en la Iglesia, y en la salida de rogativas a la que asiste el Intendente.





Dios Eterno, Dios Inmenso,
Dios de Abrahám, Jacob e Isaac,
grato, acepta este incruento,
Sacrificio del altar.

Dios Eterno, Dios Inmenso,
Dios de Abrahám, Jacob e Isaac.
A tu pueblo que te adora,
dale la gracia final
la Sangre de Jesucristo,
te está implorando piedad.

Dios Eterno, Dios Inmenso,
Dios de Abrahám, Jacob e Isaac.
Tú, María Inmaculada,
de Dios Madre Virginal,
intercede por un pueblo,
que consagrado te está.

Dios Eterno, Dios Inmenso,
Dios de Abrahám, Jacob e Isaac.
Al Rey nuestro Fundador,
da salud, auxilio y paz,
y a la nueva Carolina, 
virtud y prosperidad.

Dios Eterno, Dios Inmenso,
danos la gracia final.