A lo largo de los siglos los carolinenses siempre hemos vuelto nuestros ojos en caso de verdadera necesidad ante la venerada imagen de nuestro Santo Patrón. A Él hemos acudido implorando protección en las grandes calamidades que a lo largo de su historia ha vivido nuestro pueblo (epidemia de fiebre amarilla de 1800, pandemia de gripe española de 1918...) con la confianza puesta en su eficaz intercesión como Sagrado Protector de La Carolina. En estos días que se avecinan es esencial que mantengamos la calma y cumplamos a rajatabla las disposiciones emitidas por el Gobierno de la nación, Comunidad Autónoma y Ayuntamiento; Autoridades sanitarias, Obispado... para proteger en la medida que podamos a La Carolina de los efectos de un contagio descontrolado. Debemos actuar con responsabilidad, por nosotros mismos y sobretodo para proteger a nuestros mayores. Como cristianos, pero sobretodo como carolinenses, volvamos una vez más la mirada a nuestro Patrón San Juan de la Cruz, y pidamos que ayude, una vez más, a La Carolina. Pidámosle también que interceda por todos los enfermos, de España y del mundo; por los que han perdido ya la vida a causa de esta enfermedad; por sus familiares, que sufren la pérdida de aquellos a quienes amaban; por todos los profesionales sanitarios; por todos los que desde sus trabajos luchan por el bien común. Pidamos para que no cunda entre nosotros el miedo, el desánimo, la desesperanza. Recemos confiados en que, una vez más, San Juan de la Cruz no dejará a su amada Peñuela desamparada.
Pues sois Padre generoso
Del reformado Carmelo,
Dadnos favor y consuelo,
San Juan de la Cruz glorioso
¡¡¡VIVA SAN JUAN DE LA CRUZ!!!
