domingo, 27 de octubre de 2013

Juan de Yepes, escultor

Cristo Crucificado. Dibujo de San Juan de la Cruz 
Cuando Juan de Yepes llega a vivir a Medina del Campo, su madre consigue ingresarle en el Colegio de los Niños de la Doctrina. Es esta una institución benéfica, para niños pobres y huérfanos, que procuraba además del sustento material de los niños, la formación académica, religiosa, y laboral, para asegurar a los educandos un futuro alejado de la mendicidad y la marginalidad.
Asiste pues el joven Juan, y en palabras de su hermano Francisco, prueba los oficios de sastre, entallador y carpintero, aunque en ninguno de ellos asienta. No es falta de empeño y laboriosidad, más bien de aptitud, por más que el niño se empeñara.

Sin embargo, los conocimientos que adquiriera, calan hondo en el, formando parte de su vida. De adulto veremos a Fray Juan tallando pequeñas imágenes de madera para obsequiar a sus religiosos. De manera especial se ocupará en el ornato de las imágenes y los altares. Encargará imágenes que muevan a devoción. Invitará a comer a pintores y tallistas, montará primorosamente belenes en la iglesia, organizará procesiones claustrales y asemejará en su catequesis los aspectos del alma con el trabajo artesanal de la talla.

De sus escritos podemos entresacar varios apuntes, que aun hoy tienen plena vigencia.

Y cuanto a lo que toca a las imágenes y retratos, puede haber mucha vanidad y gozo vano, porque, siendo ellas tan importantes para el culto divino y tan necesarias para mover la voluntad a devoción, como la aprobación y uso que tiene de ellas nuestra Madre la Iglesia, (por lo cual siempre conviene que nos aprovechemos de ellas para despertar nuestra tibieza), hay muchas personas que ponen su gozo más en la pintura y ornato de ellas que no en lo que representan.

El uso de las imágenes para dos principales fines le ordenó la Iglesia, es a saber: para reverenciar a los Santos en ellas, y para mover la voluntad y despertar la devoción por ellas a ellos; y cuanto sirven de esto son provechosas y el uso de ellas necesario. Y, por eso, las que más al propio y vivo están sacadas y más mueven la voluntad a devoción, se han de escoger, poniendo los ojos en esto más que en el valor y curiosidad de la hechura y su ornato. Porque hay, como digo, algunas personas que miran más en la curiosidad de la imagen y valor de ella que en lo que representa;

Esto se verá bien por el uso abominable que en estos nuestros tiempos usan algunas personas que, no teniendo ellas aborrecido el traje vano del mundo, adornan a las imágenes con el traje que la
gente vana por tiempo va inventando para el cumplimiento de sus pasatiempos y vanidades, y del traje que en ellas es reprendido visten las imágenes, cosa que a ellas fue tan aborrecible, y lo
es; procurando en esto el demonio y ellos en el canonizar sus vanidades, poniéndolas en los santos, no sin agraviarles mucho. Y de esta manera, la honesta y grave devoción del alma, que de sí echa y arroja toda vanidad y rastro de ella, ya se les queda en poco más que en ornato de muñecas, no sirviendose algunos de las imágenes más que de unos ídolos en que tienen puesto su gozo. Y así, veréis algunas personas que no se hartan de añadir imagen a imagen, y que no sea sino de tal y tal suerte y hechura, y que no estén puestas sino de tal o tal manera, de suerte que deleite al sentido; y la devoción del corazón es muy poca

Tenga por cierto el alma que, cuanto más asida con propiedad estuviere a la imagen o motivo, tanto menos subirá a Dios su devoción y oración;

Mucho había de decir de la rudeza que muchas personas tienen acerca de las imágenes; porque llega la bobería a tanto, que algunas ponen más confianza en unas imágenes que en otras, entendiendo que les oirá Dios más por esta que por aquella, representando ambas una misma cosa, como dos de Cristo o dos de Nuestra Señora.


De manera que, como haya devoción y fe, cualquiera imagen bastará; mas si no la hay, ninguna bastará. 

Jesús Nazareno. Imagen encargada por el Santo para el convento de los Mártires de Granada al escultor Pablo de Rojas.